Este
modelo, que fue el primero en describir en términos científicos la manera en que
la Tierra gira alrededor del sol, fue
presentado en la obra
"De revolutionibus orbium caelestium", en
español: 'De las Revoluciones de las Órbitas Celestes' (1543), la cual, Copérnico dedicó al
pontífice de Roma Paulo III, dado que ambos eran allegados eclesiásticos y mantenían
correspondencia mutua.
Tal como informan los historiadores, resulta que en la época temprana de la postulación del modelo, los eclesiásticos estaban muy interesados en la teoría astronómica:
"Cuando se imprimió, el
libro fue aceptado por la Iglesia y se había leído y estudiado por todo el
mundo sin el más leve indicio de cualquier objeción alguna vez concebida en
contra de sus doctrinas" (Donner, et. al. 1968, p. 31).
No
fue sino hasta 1616 (más de 70 años después de la publicación de aquél libro)
que la teoría de Copérnico se vio envuelta en una controversia y terminó siendo
prohibida por las autoridades de la Iglesia Católica durante la época del
caso de Galileo Galilei.
Hoy en día, a muchas personas les encanta referir dicha prohibición como el caso que “prueba” claramente la existencia de un “conflicto” entre la ciencia y la religión; sin embargo, estas personan pasan por alto algo muy importante que destruye dicho argumento de forma inmediata; y esto lo dijo muy claramente el Premio Nobel de la Física Robert Millikan, quien explicó:
“Los hombres que saben muy poco
de la ciencia y los hombres que saben muy poco de la religión, en efecto,
llegan a pelear, y los espectadores imaginan que hay un conflicto entre la
ciencia y la religión, mientras que el conflicto es sólo entre dos especies
diferentes de ignorancia.
El primer pleito importante de este tipo surgió a
raíz de la promoción por Copérnico de su teoría de que la Tierra, en
lugar de ser una superficie plana y el centro del universo, era en realidad
sólo una de entre una serie de pequeños planetas, girando cada día sobre su
propio eje y dando vueltas una vez al año alrededor del sol.
Copérnico era un sacerdote — el canon de una catedral — y él era primeramente un
religioso más que un hombre de ciencia. Él sabía que los cimientos de la
religión verdadera no se establecen en cualquier tipo de descubrimientos
científicos que puedan molestarlos. Fue perseguido, no porque él fuera en
contra de las enseñanzas de la religión, sino porque según su teoría el hombre
no era el centro del universo y esto eran noticias de lo más desagradables para
una gran cantidad de egoístas" (Entrevista a Robert Millikan
en Collier’s, “A Scientist's God”, 24
de octubre de 1925; citada en Armstrong, 2012:199).
El comentario de Millikan, como astrónomo prominente, es muy interesante
y nos llama a una detenida reflexión: de los incrédulos intolerantes que atacan
a los creyentes aludiendo al caso de Copérnico o Galileo, ¿cuántos de ellos
saben que estos hombres eran en realidad científicos que estaban profundamente
dedicados a quehaceres religiosos y consagrados explícitamente a la creencia en
Dios?
"Astrónomo Copérnico, Conversación con Dios" (1872), pintura de Jan Matejko |
La fe de Copérnico
El mismo Copérnico, en el prefacio de su magna obra “De Revolutionibus” se había anticipado a los malentendidos, escribiendo lo siguiente:
"No estoy tan enamorado de
mis propias opiniones como para descartar lo que otros puedan pensar acerca de
ellas.
Soy consciente de que las ideas
de un filósofo natural no están sujetas al juicio de personas comunes porque es
su empeño el buscar la verdad en todas las cosas, en la medida permitida por
Dios a la razón humana.
Quizá llegue a haber ciertos parlanchines
que tendrán la osadía de dictar sentencia o juzgar la astronomía a pesar de
ignorar totalmente la materia, y si desvergonzadamente llegaran a distorsionar
el sentido de algunos pasajes de las Sagradas Escrituras para ajustarlas a sus
pareceres y encontrar faltas en mi trabajo para atacarlo o censurarlo, yo haré
caso omiso de ellos hasta el punto de considerar sus juicios como algo
temerario” [Nicolai
Copernici. "Praefatio Authoris". De revolutionibus orbium coelestium.
Index; Cit. en inglés, en Omodeo, 2014:273].
Copérnico
sabía, como el Apóstol Pedro, que en la Biblia “hay algunas cosas difíciles de entender, que los ignorantes e
inestables tuercen (como también tuercen el resto de las Escrituras) para su
propia perdición” (2 Pedro 3:16).
Pero en
su momento, no sólo fueron hombres religiosos los que se opondrían a la teoría
heliocéntrica, sino también algunos profesores escépticos que decían creer
solamente en cosas que se pudieran ver con los ojos. Entre estos escépticos,
defensores de la física aristotélica de su tiempo, salieron a la luz personajes
como Johannes Angelus, profesor de astronomía en Vienna, quien objetaba que "los sentidos" humanos “contradecían” la teoría de Copérnico y
la hacían irracional, porque éstos no podían percibir el postulado movimiento
de la tierra (Gassendi & Thill. 2002: 198).
El
mismo Galileo más tarde tendría que nombrar ejemplos en los que demostraba que la
cuestión no se trata solo de lo que podemos ver, pues nuestros sentidos pueden
llegar a ser engañosos o limitados, como Albert Einstein explicaría al respecto:
"La materia es real para
mis sentidos, pero éstos no son dignos de mi confianza. Si Galileo o Copérnico hubieran
aceptado lo que veían, nunca hubieran descubierto el movimiento de la
Tierra y los planetas" [Einstein
en 1943; citado en William Hermanns, Einstein and the Poet: In Search
of the Cosmic Man (1983), p. 59].
Por
otra parte, en su prefacio también, Copérnico escribió sobre el interés que
había surgido en él para buscar una teoría alternativa a la
geocéntrica. Él afirmaba abiertamente que fue Dios quien estableció las leyes
del universo en un mecanismo preciso y un diseño bien organizado:
"Medité mucho sobre esta incertidumbre de la
tradición matemática en el establecimiento de los movimientos del sistema de
las esferas. Por fin empezó a provocarme el hecho de que, a pesar de que en
otros aspectos se investigaba con un cuidado meticuloso sobre los puntos más
mínimos relativos a las órbitas, los filósofos naturales no podían ponerse de
acuerdo de ninguna manera sobre cualquier teoría determinada sobre el mecanismo
del Universo, el cual fue forjado para nosotros por un Creador supremamente
bueno y ordenado" [Copérnico, cit. en Kuhn (1957:141) y en Hetherington (2006:101)].
Ya adentrado en su obra,
el mismo Copérnico expresó más a fondo su creencia en que Dios había establecido
el modelo heliocéntrico con Su sabiduría divina, y en esta línea de pensamiento
:
"¿Quién, después de
aplicarse al estudio de las cosas que se ven establecidas con el mejor orden y
dirigidas por la decisión Divina, no abriría los ojos a través de la
contemplación diligente de ellas, a través de una mera habituación a lo que es
mejor, y no admiraría al Artífice de todas las cosas, en quien se encuentra
toda la felicidad y todo el bien?
Porque el Divino Salmista ciertamente no dijo
injustificadamente que se complacía en las obras de Dios y que se regocijaba en
las obras de Sus manos. No menos, por estas cosas, como por medio de algún
vehículo, somos transportados a la contemplación del Dios Altísimo" [De
revolutionibus orbium cœlestium" (1543), pp. 10-11; en Referencia a los Salmos 102:25, Salmos 8:3-9, Salmos 92:4-5]
Es así como Copérnico percibía la obra de Dios manifestada en la
Creación, lo cual, también le llevó a reconocer la obligación humana de adorar a
Dios:
"Conocer las maravillas
de Dios, comprender Su sabiduría y majestad y poder, apreciar, en su punto,
el trabajo maravilloso de Sus leyes, sin duda, todo esto debe ser un
modo agradable y aceptable de adorar al Altísimo, a quien la ignorancia no
puede ser más gratificante que el conocimiento."
[Copérnico, cit. en Hubbard (1905), en Van Norman
(1907:290); y en Collins (2006:230-231). En concordancia con Oseas
4:6, y Proverbios 1:31]
Como
hemos visto, además de creer que "el universo ha sido forjado por un Creador
sumamente bueno y ordenado", Copérnico señalaba que Dios debía ser adorado.
Sólo queda decir que el Creador al que Copérnico reconocía ciertamente era
el Dios del cristianismo, lo cual dejó entrever en su obra "Narratio Prima" (1540), en la
cual, al describir la excentricidad del sol, mencionó que él mismo esperaba la
Segunda Venida de Jesucristo, como todos los cristianos:
"Esperamos la venida de
Nuestro Señor Jesucristo cuando el centro de excentricidad alcance
el otro límite del valor medio, porque en esa posición estuvo en la creación
del mundo..."
[De
libris revolutionum Copernici narratio prima: "The Kingdoms of the World Change with the Motion of
the Eccentric"
(1543), p. 122]
Entre sus últimas plegarias, Copérnico mandó a que escribieran los
siguientes versos en los que el astrónomo pedía y anhelaba la misericordia de
Dios, con palabras que fueron escritas en su epitafio personal en su tumba en Frauenburg, Polonia:
"Oh Señor, la gracia recibida por Pablo no te la
puedo pedir,
La misericordia que mostraste a Pedro, no me atrevo a solicitar
La misericordia que mostraste a Pedro, no me atrevo a solicitar
Esa Dios, es la gracia que pido de Ti.
No hay nadie que no pueda llegar a Ti en esta condición."
No hay nadie que no pueda llegar a Ti en esta condición."
[Obour, 2012: p. XIX, & Trepatschko, 1994, Vol. 44]
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un trabajo excelso, felicidades!
ResponderEliminarME he quedado mas que feliz,,....entusiasmado despues de leer!!!!
ResponderEliminarlos ateos se envanecieron por su necedad y orgullo que tienen, estos hombres grandes que Dios les dio sabiduría y inteligencia reconocieron que eran muy limitados en su conocimiento mas dios les brindo ese regalo tan grande y lo que nos enseñan estos amados santos de dios que siempre fueron fieles ala persona de Jesucristo y humildes y ojala se levantes hombres como estos para enseñar que los evolucionistas no TIENE VACES CIENTIFICAS , ( salmo 14:1 dice el necio en su corazón no hay Dios) dios no juega ha los dados
ResponderEliminarGracias por este blog, es muy interesante, lo encontre buscando alguno que pertenezca a algun divulgador científico cristiano, alguien con mente crítica y analítica que comparta nuestra fe, si alguien conoce otros agradecería que pudieran compartirlo. Desde niño ame a Jesús, pero también desde niño me ha fascinado la ciencia (astronomía, antropología y biología en general), en los últimos años he empezado a tener cierta crisis de fe, pues por las redes sociales es muy fácil mantenerse informado sobre los últimos avances y descubrimientos científicos así como mantener contacto con divulgadores que en su inmensa mayoría son ateos y de una u otra manera plasman su ateísmo en sus escritos y documentales. Creo que esto de forma muy lenta y solapada ha venido haciendo mella en mi fe, acabo de caer en cuenta de ello y por ese empecé a buscar sitios como este, por eso les agradecería que me brinden información, si la conocen, sobre paginas, blogs, tweeteros, etc., amantes de la ciencia pero también cristianos. Muchas gracias y Dios los bendiga.
ResponderEliminarEs verdad .la verdad sobre todas las cosas. Juan 14:6jesucristo es el camino ,la verdad y la vida. Todo proviene del padre quien entrego todas las cosas a su hijo amado jesucristo.doy gracias a Dios or este blog. Que he entendido que Dios es un DIos de orden y con sabiduria fundo los cielos y la tierra.busque este blog sobre copernico porque dias atrás,Dios me ha estado hablando a mi mente y tres dias seguidos esta palabra que me decia copernico, y me di cuenta que Dios me quiere dar una enseñanza y aplicarla a mi vida .Dios les bendiga.
EliminarGracias por este blog a Dios, es de gran bendición para poder saber la realidad porque en el colegio o universidad nunca te dirán que los científicos mas grandes eran cristianos, y seguirán enseñando la mentira de la evolución y demás teorías huecas y sin fundamento. con este material he podido hacer frente a mis profesores ateos, poniéndolos como mentirosos sin fundamento, pero la gloria sea para Dios, espero que sigan adelante bendiciendo con materiales preciosos.Dios les bendiga desde Apurímac, Perú.
ResponderEliminarEstoy feliz de leer esto, gracias Dios los bendiga.
ResponderEliminarExcelente articulo
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