jueves, 5 de julio de 2012

G. Wilhelm Leibniz: "Dios es la máxima razón de las cosas"

"Con Dios está la sabiduría y la fortaleza;
suyo es el consejo y la inteligencia."
(Job 12:13) 


Gottfried Wilhelm von Leibniz (1646-1716)
fue un matemático, bibliotecario, jurista, diplomático y filósofo alemán. Algunos le han llamado "el último genio universal".

Inventó el estudio de cálculo infinitesimal, el sistema de números binario, y desarrolló el cálculo diferencial e integral, a la par de Isaac Newton, a quien leía con interés, y también estudió los escritos de René Descartes y  Blaise Pascal

Además mantuvo correspondencias con Johann Bernoulli y Spinoza.

A través de reuniones con académicos tales como Christiaan Huygens en París y con miembros de la Sociedad Real, incluyendo a Robert Boyle, durante dos viajes a Londres en 1673 y 1676, Leibniz se le presentaron los problemas pendientes que desafían los matemáticos y físicos de Europa.

Sus contribuciones incluyen estudios sobre matemáticas avanzadas, aritmética, el triángulo harmónico, la fórmula para π, las determinantes, en la física estudió la energía cinética, el principio de la mecánica clásica, etc., y realizó otras aportaciones en epistemología, geología, jurisprudencia, historia,  lógica, teología, filología, filosofía teológica, etc.

Su fe


Leibniz expresó su fe en Dios en diversas formas y en varias de sus obras principales:
"No hay nada que sea sin razón" [Nihil est sine ratione.]
"Indudablemente Dios siempre elige lo mejor." (LL 311).
 "No hay sino un solo Dios, y este Dios es suficiente" 
"Nos gustaría que la naturaleza no fuera más lejos; nos gustaría que no fuera finita, al igual que nuestra mente, pero esto sería ignorar la grandeza y la majestad del Autor de todas las cosas."
"La realidad no se puede encontrar, excepto en una sola fuente, debido a la interconexión de todas las cosas entre sí".
"Puede tener su efecto solamente por medio de la intervención de Dios, puesto que en las ideas de Dios, una mónada ciertamente requiere que Dios, en la regulación del resto desde el principio de las cosas, deba tenerla en cuenta a ella misma."  
"Se desprende de la suprema perfección de Dios, que al crear el universo, [Él] haya elegido el mejor plan posible"  The Principles of Nature and Grace (1714), The Philosophical Works of Leibnitz (1890), ed. G. M. Duncan, 213-4
"Es Dios quien es la máxima razón de las cosas, y el conocimiento de Dios no es menos que el principio de la ciencia, que su esencia y voluntad es el principio de las cosas."  General Principle Useful in Explaining the Laws of Nature (1687).

"Dios supera infinitamente a los humanos matemáticos" Carta de Leibniz a Arnauld, (1687) 19.X 
"Nos debería gustar la naturaleza sin ir más lejos; nos debería gustar que sea finita, al igual que nuestra mente, pero esto sería ignorar la grandeza y la majestad del Autor de todas las cosas." Carta a S. Clarke, (1715). Trans. M. Morris and G. H. R. Parkinson, Leibniz: Philosophical Writings (1973), 220.

En su obra filosófica central "La Monadología" (1714), Leibniz escribió: 
"En Dios, hay poder, que es la fuente de todo, también del conocimiento, cuyo contenido es la variedad de las ideas, y finalmente voluntad, que hace cambios o produce de acuerdo al principio de lo mejor." (Leibniz, 1898, N º 48).
"Debe existir una razón suficiente (a menudo solamente conocida por Dios) para que cualquier cosa exista, para que cualquier evento se produzca, para que cualquier verdad pueda obtenerse."  [Principio de razón suficiente] (LL 717)
"..Parece que la gente carece de seriedad y atención, porque ven, pero no observan, oyen pero no escuchan. Esto acarrea rechazo de la gracia, o como dicen las Sagradas Escrituras, los inicios de un corazón endurecido." ("El credo de un filósofo", 1673).
"Dios es absolutamente perfecto, porque la perfección es la cantidad de la realidad positiva, en el sentido estricto, dejando fuera las limitantes o delimitaciones en las cosas que son limitadas. Y donde no hay límitaciones, es decir, en Dios, la perfección es absolutamente infinita. De ello se desprende también que los seres creados derivan su perfección de la influencia de Dios, pero que sus imperfecciones provienen de su propia naturaleza, que es incapaz de ser sin límites. Porque es en esto que se diferencian de Dios." (Leibniz, "Monadología",  (40-42), también citado en 1898, N º 41-42).  
"Sólo Dios es la unidad principal o sustancia simple original, de las cuales todas las mónadas creadas o derivadas son productos y tienen su nacimiento, por así decirlo, a través de fulguraciones continuas de la Divinidad de momento a momento, limitadas por la receptividad del ser creado, cuya esencia es tener límites." (Leibniz, 1898, N º 47).

En su obra "Confessio philosophi" (1673) ("El Credo de un Filósofo"), narrada en forma de diálogo entre un teólogo y un filósofo, Leibniz expresa su fe cristiana, en donde habla sobre el amor de Dios, el odio del hombre, el pecado, la condenación, la voluntad, etc. A continuación una serie de extractos:

"Filósofo: ¿No recuerdas lo que respondí cuando preguntaste por la razón de la condenación de Judas? Esas palabras iluminadoras vale la pena repetirlas.  Tu me preguntaste: '¿Cuál fue el motivo de su condenación?' a lo que respondí:  
'La razón era la condición de moribundo, a saber, el ardiente odio a Dios en la que murió.' Porque desde que el alma no está abierta a nuevas, externas sensasiones después de la muerte (cuando el cuerpo se devuelve) el alma se aferra a sus últimos pensamientos. Estos no cambian, sino que son intensificados en la muerte. Pero odiar a Dios, quien es el ser más feliz, lleva al dolor más grande, ya que el odio significa sufrir de dolor a causa de la felicidad del odiado, al igual que el amor significa regocijarse en la felicidad de la persona amada. Puesto que la felicidad de Dios es la más grande de todas, así es el dolor de Judas, y el dolor más grande es la condenación. Por lo tanto, un moribundo que odia a Dios, se condena por su propio odio. Creo que esto es muy parecido a una prueba, ya que presenta a la magnitud de la miseria igual a la magnitud del odio, que a su vez es igual a la magnitud de la cosa odiada..." 
"Teólogo: Pero ¿de dónde vino su odio a Dios, o más bien su deseo de causar daño a Dios? 
Filósofo: De la suposición de que Dios le odiaba o le tenía mala voluntad. Porque está asombrosamente dispuesto por la Providencia que Dios...  
Teólogo: Pero ¿por qué Judas creería que Dios le tenía mala voluntad? 
Filósofo: Porque él mismo sabía que era un rebelde, él creía que Dios es un tirano, él mismo sabía que estaba caído, él creía que Dios no lo perdonaría, sabiéndose a sí mismo como un ser malicioso, él creía que Dios es cruel, sabiéndose a sí mismo estéril para obras buenas, creía que Dios era injusto. 
Teólogo: Podrías haber dicho de forma más sucinta: Judas fue penitente y desesperado al mismo tiempo. Pero, ¿cómo su alma vino a este estado lamentable? 
Judas era penitente, porque él mismo lo sabía, y desesperado, porque era ignorante de Dios; él sabía que había pecado, y él creía que Dios lo castigaría, porque Dios lo hizo un ser racional, sabía que había pecado, porque era cierto; él había pecado en traicionar a su Maestro, porque había sido capaz y porque había querido..." 
"Filósofo: [...] querer sufrir cuando se te niega algo es un pecado y una especie de ira escondida hacia Dios y hacia el estado actual de cosas, que depende de la cadena de acontecimientos y de la armonía universal."   
"Filósofo: [...] Creo que se puede demostrar que es posible (al menos para un ser que todo lo sabe) dar una razón suficiente para todo, es decir, explicar por qué cada cosa existe en vez de no existir y por qué es así y asado y no lo contrario. 

Quien sea que niege esto, echa por tierra la línea divisoria entre lo que es y lo que no es. Todo lo que existe tiene por lo menos todo lo necesario para existir, y todo lo necesario para la existencia, en conjunto, constituyen una razón suficiente para la existencia. Por lo tanto, todo lo que existe tiene una razón suficiente de existencia."

"Filósofo... Incluso Cristo dice: "Las ofensas vendrán," es decir, son necesarias, sin embargo, las ofensas son contadas como pecados, porque el pasaje continúa: "¡ay de aquél por quien vienen."  [Lucas 17:1Por lo tanto, si los delitos son necesarios, entonces este dolor, es decir, la condenación, también es necesaria... 
(cuando se habla coloquialmente, hay que tener cuidado en la expresión de estas conclusiones. Para un argumento filosófico el uso de palabras cotidianas como "necesario" puede confundir a los que no conocen sus definiciones técnicas)."   
Al concluir su obra "Discours de métaphysique" (1686), ['Discurso de Metafísica'] Leibniz plasmó de forma explícita su creencia en Cristo Jesús, y exhaló la forma en que ha influido a la razón de la humanidad:
"Los filósofos antiguos sabían muy poco de estas verdades importantes. Sólo Jesucristo las ha expresado Divinamente bien, y de una manera tan clara y sencilla que las mentes más apagadas han entendido.  
Su evangelio ha cambiado completamente la apariencia de los asuntos humanos. Éste nos ha llevado a conocer el Reino de los Cielos, o aquella república perfecta de espíritus que merece ser llamada la ciudad de Dios. Él es quien nos ha descubierto a nosotros sus maravillosas leyes. 
Sólo Él nos ha hecho ver lo mucho que Dios nos ama y con que cuidado todo lo que nos concierne ha sido previsto; como Dios, en la medida en que cuida de los gorriones, no descuida a los seres racionales, que son infinitamente más queridos por Él, cómo todos los cabellos de nuestra cabeza están contados, cómo el cielo y la tierra pasarán pero la palabra de Dios y aquella que pertenece a los medios de nuestra salvación, no pasará, cómo Dios tiene más consideración por la menor de las almas inteligentes que por toda la maquinaria del mundo, cómo nosotros no debemos temer a los que son capaces de destruir el cuerpo pero son incapaces de destruir el alma, ya que sólo Dios puede hacer el alma feliz o infeliz, y cómo las almas de los justos están protegidas por su mano contra todos los trastornos del universo, ya que sólo Dios es capaz de actuar sobre ellos, cómo ninguno de nuestros actos se olvidan, como de todo se va a dar cuenta, incluso las palabras descuidadas y hasta una cucharada de agua que fue bien utilizada; de hecho, como todo debe resultar en el mayor bienestar del bien, porque entonces los justos brillarán como el sol, y ni nuestros sentidos ni nuestras mentes, han concebido algo parecido a las alegrías que Dios ha preparado para los que le aman." (Discours de métaphysique (1686) p. 62-63)
En uno de los dos volúmenes de sus "Ensayos sobre Teodicea", 1710, (que significa "la justicia de Dios"), Leibniz abogó afirmó que Dios había hecho un plan perfecto para la creación y declaró su creencia en Jesús, hablando de la bondad de Dios, la libertad del hombre, y el origen del mal como desviación del plan de Dios. En sus palabras:

"Jesucristo vino a salvar a los hombres. 
Él es el Hijo eterno de Dios,
así mismo, Él es su único Hijo" 
[Leibniz (1710), "Ensayos de Teodicea sobre la bondad de Dios,
la libertad del hombre y el origen del mal "
18. p. 133]

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