sábado, 27 de julio de 2013

Werner Heisenberg: "Dios te está esperando”



Werner Heisenberg (1901–1976)  fue un físico alemán reconocido como uno de los teóricos fundamentales de la mecánica cuántica. Fue galardonado con el Premio Nobel de la Física en 1932 por iniciar con el estudio de la mecánica cuántica.

Como profesor de física en las universidades de Copenhagen (Dinamarca), Leipzig, Berlin, Goettingen, y Munich; a lo largo de su carrera científica realizó importantes contribuciones a la teoría de la hidrodinámica de flujos turbulentos, al estudio del núcleo atómico, el ferromagnetismo, los rayos cósmicos y las partículas subatómicas. Formuló también el famoso "principio de incertidumbre" (1927), una expresión matemática que enuncia que la trayectoria del electrón (e−) es impredecible puesto que no se sabe su ubicación ni velocidad en el átomo. Este principio inauguró la llamada "época dorada" de la física cuántica.

Su creencia en Dios

Heisenberg concordaba con Francis Bacon en que "un poco de [conocimiento] inclina al hombre al ateísmo, pero la profundidad del mismo lleva las mentes de los hombres a la religión". Al respecto, el alemán comparó a la ciencia con una copa de creencias:

El primer sorbo de la copa de la ciencia te vuelve ateo, pero en el fondo del vaso Dios te está esperando. 
[Original: Der erste Trunk aus dem Becher der Naturwissenschaft macht atheistisch, aber auf dem Grund des Bechers wartet Gott.”] (Heisenberg, citado en Hildebrand 1988, p. 10).
En su artículo "Verdad científica y religiosa" (1973), Heisenberg afirmó:
En la historia de la ciencia, desde el famoso juicio de Galileo, se ha sido afirmado en repetidas ocasiones que la verdad científica no puede reconciliarse con la interpretación religiosa del mundo.
Aunque ahora estoy convencido de que la verdad científica es inexpugnable en su propio campo, nunca he encontrado que sea posible descartar el contenido del pensamiento religioso como una simple parte de una fase pasada de moda en la conciencia de la humanidad, una parte a la que tengamos que renunciar de ahora en adelante. 
En consecuencia, en el curso de mi vida en he visto obligado repetidas veces a reflexionar sobre la relación de estas dos regiones del pensamiento, porque nunca he sido capaz de poner en duda la realidad de aquello a lo que apuntan. (Heisenberg 1974, p. 213).
"Donde no se dejan ideales que guíen, que señalen el camino, la escala de valores desaparece y con ella el significado de nuestros actos y sufrimientos, y al final solo puede venir la negación y la desesperación.
La religión es por lo tanto la base de la ética, y la ética de la presuposición de la vida." (Heisenberg 1974, p. 219).
En la última carta sobreviviente que fue enviada a Albert Einstein, Heisenberg escribió que aunque en la mecánica cuántica el principio de la causalidad (en el que creía Einstein), no tenía fundamento . . .
"Nos podemos consolar en que el Buen Señor Dios conocería la posición de las partículas, y por lo tanto, Él podía permitir que el principio de causalidad siguiera teniendo validez". (Heisenberg, citado en Holton 2000, Vol. 53).
Heisenberg junto al astrónomo cristiano
Arthur H. Compton en 1929.
En su artículo autobiográfico en el periódico "Verdad", Henry Margenau (Profesor Emérito de Física y Filosofía Natural en la Universidad de Yale), señaló sobre su reunión con el científico:
No he dicho nada acerca de los años entre 1936 y 1950. Hubo, sin embargo, algunas experiencias que no puedo olvidar. Una de ellas fue mi primera reunión con Heisenberg, quien llegó a Estados Unidos poco después del final de la Segunda Guerra Mundial. 
Nuestra conversación fue íntima y me impresionó por su profunda convicción religiosa. Era un verdadero cristiano en todos los sentidos de la palabra." (Margenau 1985, vol. 1).
Heisenberg mismo era miembro de la "Evangelische Kirche" (una iglesia cristiana mezclada con algunos elementos luteranos y calvinistas. Su familia había asistido tradicionalmente, y él y su esposa educaron a sus hijos "siguiendo definitivamente las líneas de la religión cristiana." [1]


Una vez, Wolfgang Pauli le preguntó a Heisenberg si creía en un Dios personal. La respuesta de Werner no solo fue afirmativa, sino  que dejó entrever su creencia en la existencia del alma:
"¿Puedes tú, o cualquier otra persona, lograr el orden central de las cosas o eventos, cuya existencia va más allá de toda duda, de forma tan directa como para poder llegar al alma de otro ser humano?
Estoy usando el término "alma" deliberadamente con el fin de que no se me malinterprete. 
Si quieres poner la pregunta así, la respuesta es sí ".
El 24 de marzo de 1973, Heisenberg dio un discurso ante una Academia en Baviera. Su discurso, traducido al inglés como "La verdad científica y religiosa", tenía como objetivo declarado el hablar de la relación entre las verdades religiosas y científicas. Werner se refirió específicamente a la religión cristiana. 

Una visión más detallada de la opinión de Heisenberg acerca de la religión ha sido estudiada por Schröder Wilfried en "Naturerkenntnis und religion" ("Las ciencias naturales y la religión) (Bremen, Science, 1999; 2008), y en otra conferencia titulada "Física y Filosofía" que deliberó a sus 55 años, en St. Andrews. 


Bibliografía:
  • Hildebrand, Ulrich. 1988. “Das Universum - Hinweis auf Gott?”, in Ethos (die Zeitschrift für die ganze Familie), No. 10, Oktober. Berneck, Schweiz: Schwengeler Verlag AG. Reprinted by permission of the publisher, Schwengeler Verlag AG.
  • Margenau, Henry. 1985. “Why I Am a Christian”, in Truth (An International, Inter-disciplinary Journal of Christian Thought), Vol. 1. Truth Inc.
  • Adherents.com (2005) The Religious Affiliation of Physicist Werner Heisenberg.

3 comentarios:

  1. Los caminos de Dios son misteriosos; quizá Heisenberg dudo con el principio de incertidumbre....

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  2. No puedo mas que aferrarme a la fe, la misma que Pablo el apostol de Dios define a los hebreos en su carta. Entiendo mejor la ciencia reflexionando cada vez mas en la creacion, Dios lo he todo para mi.

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