domingo, 3 de noviembre de 2013

William Bateson: "Mendel no estaba de acuerdo con Darwin"

William Bateson (1861 - 1926)  fue un biólogo y genetista inglés, el primer científico en acuñar el término "genética", y es considerado el fundador de esta rama de la ciencia. [John Agar, Science in the 20th Century and Beyond.] 

En  1905, usó por primera vez el término, tomado del vocablo griego "gennō", (γεννώ); que significa "dar nacimiento," para describir la rama de la ciencia que estudiaría la herencia y las variaciones biológicas.

Bateson fue uno de los redescubridores de la obra de Gregor Mendel, y se podría decir que fue quien "lo lanzó a la fama," al traducir su obra al inglés (el idioma de la genética naciente), y difundir los estudios mendelianos.

Asimismo, fue un antagonista de su antiguo profesor, Walter Raphael Weldon; y fue un gran opositor de la escuela de biometristas, que era lidereada por Francis Galton, Karl Pearson y Weldon.

La posición de Bateson a menudo se sintetiza en la de un evolucionista anti-darwinista que hablaba de "mutaciones", postulando la idea de que las especies adquirían nuevas constituciones biológicas por medio de mutaciones, y no por medio de selección natural como afirmaba Darwin.

Pero Bateson tiene más que decir al respecto. A pesar de que no era religioso, William Bateson señaló durante la "Asociación Británica para el Avance de la Ciencia" que en la terminología genética convenía usar la palabra "simiente" (en hebreo: "gen", proveniente del Libro de Génesis, en la Biblia Hebrea), para referirse a los "factores hereditarios" de los que habló Mendel. En sus propias palabras, hacer esto le daba una mayor precisión a la esencia de la terminología genética: 
"Ascendencia" se usa para describir en términos de sangre. Nociones más verdaderas de la fisiología genética están dadas por la expresión hebrea "simiente" [="gen" o "semilla"]. 
Si decimos que un hombre tiene "sangre real," pensamos a la vez en la "dilución plebeya"  y nos preguntamos que tanto fluido real es probable que se encuentre "en sus venas";   
Pero si decimos que se es "de la simiente de Abraham," sentimos algo de la permanencia e indestructibilidad de ese germen [gameto] que puede ser dividido y dispersado entre las naciones, pero sigue siendo reconocible en su tipo y en su característica después de 4.000 años" [The Chemical News and Journal of Industrial Science: (1914:July-Dec.), Volumen 110, p. 86][10] [También disponible en "Annual report of the Board of Regents of the Smithsonian Institution" (1916), p. 361]
Respecto, a las variaciones dentro de una misma especie, y al problema de la definición de especie, Bateson era bastante consciente, y en su libro, "Problemas en la Genética", señaló:
"En la segunda mitad del siglo diecisiete, [John] Ray muestra un grado de interés en este tema. En la introducción de "Historia Plantarum" (1686), él discute algunas de las dificultades y sienta el principio de que las variedades que pueden ser producidas de la misma semilla de la misma planta, deben ser consideradas pertenecientes a la misma especie; siendo él, creo yo, el primero en sugerir esta definición." [Bateson, en Problems of Genetics (1913), Cambridge University Press. Edición revisada de 2012, p. 6]
Desde el principio, Bateson señaló que la genética se hallaba en contradicción con la teoría gradualista de Charles Darwin. Bateson creía que las variaciones entre especies eran resultado de cambios abruptos conocidos como "mutaciones". Por el contrario, Darwin creía que las variaciones entre especies eran resultados de una evolución gradual. 

Al modelo de Bateson se le conoce como "saltacionismo" (del mutacionismo), mientras que al modelo  de Darwin se le conoce como "gradualismo" (del darwinismo).

En su libro "Principios de Herencia de Mendel," William Bateson escribió
"El concepto de «evolución» como algo que procede de la formación gradual de masas de individuos por la acumulación de cambios impalpables, es un concepto que el estudio de la genética demuestra inmediatamente que es falso. De una vez por todas, esa carga tan gratuitamente llevada en ignorancia de la fisiología genética por los evolucionistas del siglo pasado, puede ser dejada en el olvido. Porque los hechos de la herencia y la variación se unen para probar que la variación genética es un fenómeno individual... 
Ahora tenemos una prueba experimental de que las variaciones son controladas por una ley fisiológica, pero no existe la más mínima señal de que su control sea guiado en lo más mínimo por las necesidades de adaptación. Si la variación al azar era una fuente improbable de la diversidad adaptada que los seres vivos exhiben, la improbabilidad se mantiene, tal improbabilidad se mantiene tal vez, pero ciertamente no aumento, por el reconocimiento de tal control. 
A la luz de los nuevos conocimientos, las posibles, pero con frecuencia insatisfactorias sugerencias formuladas especialmente por Wallace Weismann, y sus seguidores, como consideraciones probables de progreso evolutivo, deben ser finalmente abandonadas. [W. Bateson, Mendel's Principles of Heredity, 1909, Cambridge University Press, p. 289]
Hoy, incluso los historiadores de la ciencia reconocen que desde su conceptualización inicial, la ciencia naciente de la "genética" surgió como una rama científica en enemistad con el modelo gradualista de DarwinA pesar de que Bateson creía en la posibilidad de evolución de especies, aún así llegó a ser crítico de Darwin y era lo suficientemente sincero como para darse cuenta de que en los círculos naturalistas, los estudios experimentales habían cesado y se habían reemplazados por dogmas teóricos darwinianos:

"Mientras el estudio experimental del problema de las especies se estaba realizando plenamente, llegaron los escritos Darwinistas... 'El Origen' fue publicado en 1859. Durante la década siguiente, mientras los nuevos puntos de vista eran sometidos a juicio, los criadores experimentales continuaron su trabajo, pero antes de 1870 el campo prácticamente se había abandonado.    
Todo lo que concierne al problema de las especies en los treinta años siguientes,  está marcados por la apatía característica de una era de fe. La evolución se convirtió en el tema de los ensayistas. De hecho, el número de naturalistas se multiplicó diez veces, pero sus actividades se dirigían a otra parte....Recuerdo muy bien haber recibido la advertencia amistosa de uno de los más serios de mis superiores de que era una pérdida de tiempo estudiar el fenómeno de la variación, porque "Darwin ya había barrido el campo."
Entre paréntesis, podemos observar que a pesar de que la opinión científica en general se convirtió rápidamente a la doctrina de la selección pura, había una notable excepción. Los sistemáticos en su mayoría se mantuvieron al margen. Todo el mundo estaba convencido de que la selección natural operaba continuamente en una población variable era un suficientemente para dar cuenta el origen de las especies, excepto la clase de trabajadores científicos cuyos trabajos estaban familiarizados con el fenómeno de la diferencia específica. A partir de ese momento, los sistemáticos se convirtieron, como en gran medida lo siguen siendo, una clase aparte.

De esta forma, se efectuó una separación entre los que dirigen la opinión teórica y los que por gusto o por necesidad se retienen a un conocimiento de los hechos. Las consecuencias de dicha separación han sido muchas y graves. A ésta, han de atribuirse los extraordinarios malentendidos en cuanto a los fenómenos fundamentales de la diferencia específica que ahora prevalecen."
Bateson hizo una breve crítica, un tanto similar a la crítica de David Brewster a la teoría de Darwin, argumentando que:
"Si las especies realmente hubieran surgido por la selección natural de diferencias impalpables, deberían abundar las formas intermedias [o eslabones], y los límites entre las especies deberían estar indefinidos por completo. Dado que esta conclusión se desprende necesariamente de las premisas, los seleccionistas creen y declaran que representa los hechos de la naturaleza. 

Si por axioma se toman las diferencias entre especies como algo indefinido, se debería suponer que las diferencias entre las variedades serían mucho menos definidas.  Por lo tanto, la conclusión de que la evolución procedería como por medio de una transformación insensible de masas de individuos se ha convertido en un dogma establecido. . ."  [W. Bateson, Mendel's Principles of Heredity, 1909, Cambridge University Press, p. 3]

Bateson era consciente de los errores que Darwin había hecho sobre la transmisión hereditaria: la pangénesis y la herencia mezclada, (ideas que Darwin había tomado de Lamarck, y que los darwinistas defendían, fueron criticadas por Bateson:

"De las aportaciones realizadas durante el período ensayista... Weismann merece ser mencionado por su trabajo útil para pedir la prueba de que los "caracteres adquiridos" o, para hablar con mayor precisión, la experiencia de los padres, realmente pueden transmitirse a la descendencia. La ocurrencia de una adaptación progresiva que es transmitida por efectos de uso [o desuso] le había parecido tan natural a Darwin y a sus contemporáneos que no pensaron que ninguna prueba de la realidad fisiológica del fenómeno fuera necesaria. El problema de [Wallace] Weismann reveló la insuficiencia absoluta de las pruebas en que se basaron tales creencias. Eran, sin duda, observaciones asiladas que pueden ser interpretadas como que favorables a la creencia en tales transmisiones, pero este tipo de indicaciones escasas como son en realidad, se admite por consenso general que son demasiado leves para servir en el intento de comprender cómo surgieron mecanismos adaptativos de lo más complejos." [W. Bateson, Mendel's Principles of Heredity, 1909, Cambridge University Press, p. 5]
En su libro "Problemas En la Genética" (1913), Bateson escribió sobre la estabilidad de las especies, siguiendo la tradición Mendeliana:
"Conforme se iniciaba la investigación sistemática de los hechos naturales se encontró a la vez que las ideas aceptadas de variación estaban infundadas. La variación fue vista entonces con mucha frecuencia como un fenómeno definido y específico, que afecta a las diferentes formas de vida de diferentes maneras, pero en toda su diversidad muestra indicios múltiples y, a menudo evidentes de la regularidad. Esta observación no era novedosa en esencia. Varios ejemplos de variación definida habían sido conocidos por Darwin y otros, pero, muchos, sobre todo el propio Darwin en sus últimos años, se habían dispuesto a despreciar la importancia de tales hechos. Ellos, por consiguiente luego cayeron en descrédito general. Tras la consulta más cuidadosa la abundancia de tales fenómenos resultó ser mucho mayor de lo que se supone actualmente, y una discusión de su naturaleza llevó a la prominencia de una consideración de mayor peso, a saber, que las diferencias por las cuales estas variaciones discontinuas o definidas se constituyen una y otra vez, se aproximan a, y son comparables con, la clase de diferencias por la cual las especies se distinguen unas de otras..."
Aseguró que en la genética no había lugar para justificar la especulación evolucionista sobre los orígenes históricos de la vida:
"Pocos de los que están familiarizados con los hechos que la investigación genética ha revelado están inclinados a especular ahora en cuanto a la manera en que el proceso [por el cual las especies han venido a existir] se ha logrado. Nuestro conocimiento de la naturaleza y de las propiedades de los seres vivos es demasiado escaso como para justificar cualquier intento. . ."
Y señaló la falta de pensamiento crítico de aquellos que tomaban a Darwin como su guíainfalible, ignorando los problemas subyacentes de los resultados experimentales:
"Soy bastante consciente de que algunos sistematistas consideran que todo el problema está resuelto. Sostienen que Darwin hizo que la diversidad específica no tuviera ninguna fundación fisiológica o casualidad fuera de la adaptación, y que las especies son grupos no permanentes, cuyas limitaciones se determinadas en última instancia por exigencia ambiental o "aptitud...."  
En la práctica, los que comparten estas opiniones están entre los "dividendos," como podría esperarse, en lugar de entre los "divisores." En su trabajo, sin duda, la teoría darwiniana se sigue en realidad como principio rector; intergradaciones de todo tipo, que no son analizadas, son aceptadas como si impugnaran la integridad de las especies; el problema fisiológico subyacente se olvida, mientras que a los resultados casi no se les da valor como contribución a la investigación biológica. Casi podría suponer que esto no ayuda mucho en los avances de otras ramas de nuestra ciencia."

Un dato curioso es que en una ocasión, después de haber dado una conferencia, Bateson describió brevemente cómo unos hombres religiosos se acercaron a él haciendo una gran pregunta:
"Los hombres de la educación religiosa. me preguntaron después de la conferencia si un hombre podría descender de los monos y si fuera así ¿cómo podría tenerse un alma inmortal?  
Génesis [1:27] también dice: "Y creó Dios al hombre a su imagen," y ¿cómo podríamos suponer que Dios fuera como un mono en apariencia?" [22, 12, 1916, William Bateson, F. R. S., Naturalist: His Essays & Addresses, Together with a Short Account of His Life (1928), Beatrice (Durham) Bateson, p. 131]
Bateson no pudo responder porque en seguida pasó el transporte en el que se iban a ir, pero escribió un memorándum del encuentro en su diario. 

Con esta anécdota, sin embargo, podemos, pues, reflexionar que está muy claro que el "darwinismo teísta," como lo explica Stephen Meyer, no es más que un oximorón que engloba dos ideas contrarias. 

Hay otras teorías no-darwinistas sobre el proceso de variación biológica en las especies, pero sería una completa contradicción que un creyente cristiano asumiera la teoría de Darwin. Y, de acuerdo al mismísimo Mendel, no hay nada en la ciencia que justifique la idea de una evolución gradualista de cambios ilimitados. Para más información, visite la entrada "Gregor Mendel: Genética VS. Darwinismo" donde se revisan a fondo las perspectivas aquí comentadas, incluyendo la afirmación que hizo Bateson de que Mendel tenía puntos en desacuerdo con Darwin.

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