domingo, 1 de diciembre de 2013

James F. W. Johnston: Verdadera Religión y Verdadera Ciencia

James Finlay Weir Johnston (1796-1855) fue un agrónomo, químico agrícola, y mineralogista escocés que escribió extensamente sobre la aplicación de la ciencia a la agricultura y publicó numerosos artículos científicos tanto en Gran Bretaña como en Estados Unidos.

En 1823, se matriculó como estudiante de Teología en la Universidad de Glasgow. Completó una maestría y una medalla de plata en Filosofía en 1826, y continuó estudiando en la universidad hasta 1828. Operó una escuela en Durham de 1825 a 1830, y después comenzó a dedicarse de lleno a la química.

Hacia el año de 1833, después de haber estudiado con el famoso químico sueco Jöns Jacob Berzelius, Johnson fue nombrado lector o conferencista de química y mineralogía en la recién fundada Universidad de Durham, donde se mantuvo hasta su muerte.

Fue elegido miembro de la Royal Society de Londres y de Edimburgo, y de otras sociedades geológicas. Se volvió un miembro honorario de la Real Sociedad Agrícola de Inglaterra y miembro extranjero de la Real Academia Sueca de Agricultura, y trabajó como Ingeniero químico en la Sociedad Agrícola de Escocia

Fue co-fundador de la famosa "Asociación Británica para el Avance de la Ciencia", junto con el Reverendo William Vernon Harcourt, Sir David Brewster y Charles Babbage.

Contribuyó con artículos y trabajos a la Real Sociedad, a la Real Sociedad de Agricultura, y a otras publicaciones científicas de Edimburgo. 

Más tarde fue elegido como profesor en la Universidad de Durham, y en 1844, escribió su libro "Catecismo de Química Agrícola", el cual se tradujo a la mayoría de las lenguas europeas principales, y más tarde publicó su obra "Química de la Vida Común" (1853-1855). Johnston fundó una escuela de gramática en Durham, que más tarde se convertiría en la Durham Johnston Comprehensive School.



El martes 27 de septiembre de 1831, se celebró la Primera Reunión de la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia en la ciudad de York, Inglaterra, en el Museo Yorkshire. Personajes como John Herschel y Charles Babbage estuvieron presentes.

En un Diario de divulgación científica, James F. W. Johnson no sólo confesó la compatibilidad de la ciencia y la religión, sino que admitió que la religión había impulsado la formación de la organización:
"Entre los amigos y patrocinadores de la sociedad en York que prestaron una atención amable y hospitalaria a los que por amor por la ciencia habían venido a la reunión, los clérigos no deben ser pasados ​​por alto. Ellos habían sido los promotores entusiastas de la reunión; habían hecho mucho para facilitar los arreglos preliminares, y se esforzaron demasiado por su influencia y ejemplo para asegurar a la asociación ese respeto y atención general que se merecía, y que recibió ampliamente en York. A la iglesia, por lo tanto, la Asociación Británica le está profundamente en deuda, y convencida, como yo, de que la verdadera religión y la verdadera ciencia siempre llevan a la mismo gran fin, manifestando y exaltando la gloria y el bien del gran objeto de nuestra adoración común; 
Confío que entre más firme se establezca la asociación, y entre más influyente se vuelva, será una aliada más dispuesta y más eficiente para la causa de la religión. Mientras que en otros tiempos se decía que la ciencia conducía a la infidelidad, porque entonces era estudiada de forma menos profunda, o con menos celo por la verdad; una de las bellas características de la ciencia en este día es que hace a los hombres más devotos, y esto es una alegre evidencia de que esa es la opinión que se forma cuando los hombres exigentes y educados  los amigos y los profesores de la religión  de todos los rangos, dan un paso adelante no sólo para patrocinar la ciencia, sino para enlistarse a sí mismos entre sus cultivadores, y para distinguir a aquellos que más la han promovido de forma satisfactoria."
Este fragmento fue publicado en "The Edinburgh Journal" (1831) de Sir David BrewsterTanto Johnson, como Harcourt y Brewster tenían muchas expectativas sobre la amistad entre la ciencia y la religión. 

Lamentablemente, con la llegada del movimiento anticlerical a finales del siglo XIX, y la creciente influencia de personajes como Thomas Henry Huxley y John Tyndall (quienes promovían la teoría darwinista en el Club-X), diversos líderes se volvieron elitistas y hostiles a la religión. El mismo John Tyndall fue elegido presidente de la Asociación en 1874, y dio un discurso de apertura en el que habló favorablemente del evolucionismo, mencionando a Darwin 20 veces, y declarando que no se debería permitir que el sentimiento religioso se "entrometiera" en la región del conocimiento.[1] Lo irónico es que en esos momentos, el monje Gregor Mendel estaba haciendo investigaciones científicas que pondrían en duda los postulados de la tería darwinista y al mismo tiempo revoluciaba la ciencia y dada nacimiento a la genética.

Después de tantos años, hay un reporte incorrecto en el sitio oficial de la Asociación, donde, lamentablemente se promueve el mito de que:
"Desde su creación, la Asociación Británica trató de excluir a la política y  a la religión de su acoplamiento con el público" [John Hedley Brooke (2009), "Gauging the risks of public engagement". junio. British Science Association.org.]
Pero la historia muestra una realidad diferente y da cuenta de que los fundadores de la asociación, el mismo James F. W. Johnston, y los demás, tenían exactamente la actitud opuesta, abierta a la religión, y de amistad complementaria; la misma actitud y certeza de Francis Bacon, Robert Millikan, y Lord Kelvin, de que "una ciencia superficial hace inclinarse un poco hacia el ateísmo, pero una ciencia profunda lleva hacia la religión."

Bibliografía:

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