François Mauriac (1885–1970) fue un escritor, novelista, dramaturgo, poeta y periodista Francés.
Fue galardonado con el Premio Nobel de la Literatura en 1952 "por su profunda visión espiritual e intensidad artística con contiene en sus novelas penetradas del drama de la vida humana."
Francois Mauriac escribió lo siguiente en su libro "La angustia y la alegría de la vida cristiana" (1931):
"Hoy, en el atardecer de mi vida, conozco la respuesta definitiva. Es sólo Jesucristo quien calma la angustia radical que está dentro de nosotros, una angustia que es tan consustancial con la condición humana que se manifiesta cruelmente desde la infancia hasta la tumba. El tormento de la soledad, las sombras vacilantes de aquellos a los que amamos, dejándonos en los horribles misterios de la muerte, la secreta y permanente sed que tenemos para la satisfacción ilimitada de nuestro ego.
Nuestros corazones permanecen llenos de ídolos invisibles hasta [el momento en el] que se extienden al madero de la cruz con Cristo, hasta que dejamos de tratar de alimentarnos a nosotros mismos y nuestros deseos, y nos entregamos por completo a los pobres, a los necesitados, a los miembros dolidos del cuerpo de Cristo en todo el mundo." (Mauriac 1964, Notre Dame).
“La impureza nos separa de Dios. La vida espiritual obedece a leyes tan verificables como las del mundo físico.
La pureza es la condición de un amor superior, para una posesión superior a todas las posesiones: la de Dios. Sí, esto es lo que está en juego, y nada menos.” (Mauriac 1963, 51-52).
En "Jueves Santo: Un recuerdo íntimo" (1931) Mauriac describió así los aspectos necesarios de la fe cristiana:
“Primero uno debe odiar el pecado propio, un pre-requisito que, en algunos casos, es muy difícil de lograr. Luego, debemos proponernos nunca volver a pecar - y esto no es sólo una cuestión de palabras, sino una determinación interna de la cuál solo Dios es el único juez. Por último, el miedo al castigo no es suficiente si no está inspirado por el amor de Dios. Nadie puede ser perdonado sin un principio de amor.” (Mauriac 1999, Ch. 5).François se expresó así de la hipocresía de muchos supuestos "cristianos":
“La mayoría de los cristianos nunca va más allá de la letra del catecismo. Ellos no han tenido conocimiento de Dios. Es una palabra que, para ellos, nunca ha tenido ningún contenido real. Ellos niegan, sin embargo, no niegan. Cristo nunca ha estado en sus vidas.” (Mauriac 1970).
“Dios no da a Sí mismo completamente, excepto a la persona que ha aniquilado a todas las cosas, a todo, todo lo que es en sí mismo y en el mundo que se encuentra en el camino del amor divino.” (Mauriac 1964, 43, Notre Dame).
gracias oh señor-333
ResponderEliminaryo pude leer cuando jovencito la obra de el llama ´´nundo de viboras´´
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