martes, 24 de marzo de 2015

"Últimas Líneas" (poema de Anne Brontë)



"Últimas líneas"

poema de Anne Brontë (1820–1849)
escritora británica; novelista y poeta

Último poema de Anne Brontë;
escrito un año después de la muerte de su hermana Emily;
seis años antes de la muerte de su hermana Charlotte
época en la que Anne enfermó gravemente de tuberculosis pulmonar.



"Anhelé, que con el fuerte y el valeroso,
mi labor se hubiese destinado 
trabajar entre el gentío afanoso 
con propósito puro y elevado 

Pero Dios ha dispuesto otra parte
y la ha dispuesto bien, 
dije con mi corazón sangrante 
cuando la angustia vino por primera vez 

Terrible oscuridad se ve llegar 
para mi mente trastornar 
¡Oh! déjame sufrir y no pecar 
ser torturada y aún aguantar 

¿Compartiré con gozo tus bendiciones
y su pérdida no soportaré? 
¿O querré corona de mártires 
y la cruz desecharé? 

Tú, Dios, retiraste nuestro goce
nuestra esperanza atesorada; 
Nos mandaste a llorar de noche 
y a tener tristeza en la alborada 

Estas horas cansadas no están perdidas
Estos días de miseria, aquí 
Estas noches de angustia repletas 
¿A quién acudir, sino a Ti? 

Aunque yazco débil y cansada,
torturada de tristeza, cansada de dolor, 
Levanto al Cielo mi mirada 
me esfuerzo por no actuar sin valor 

La lucha interior contra los pecados
que en la dolencia, siempre espera 
combate aquello que busca incitarlos 
cada mal que corrupción acarrea 

Esa obra secreta ha de sostener
cada golpe con paciente humildad; 
A partir del dolor, fortalecer
de aflicción, esperanza y santidad 

Deja que mi corazón te sirva, por tanto
Cualquiera que sea mi suerte, 
Ya sea que me marche de pronto, 
O que un poco más me quede 

Si hubieras de regresarme a la vida
más humilde deberé ser; 
para luchar, más sabia, con energía 
más apta a apoyar en Ti mi ser 

Si la muerte se hallare a la puerta
Mi promesa deberé cumplir 
Pero, ¡Señor! cualquiera que fuese mi secuela, 
¡Oh, ahora Te quiero servir!"



Título original: Last Lines
Publicado en 1850
Traducido al español para CreyentesIntelectuales.blogspot.com

Reivindicación del Trinitarismo de Newton

Reivindicación del Trinitarismo de Newton
(Newton NO era antitrinitario)

Con el paso del tiempo, diversos autores y malinterpretes han tergiversado la teología de Isaac Newton imputándole toda clase de calificativos heréticos, atribuyéndole un supuesto deísmo, o propagando el rumor de que era unitario, sociniano o arriano (términos que se refieren a distintas clases de doctrinas religiosas antitrinitarias, o doctrinas religiosas que niegan la Trinidad).

Muchos han perpetuado estos rumores, citando como supuesta “prueba” el texto ''Two Notable Corruptions of the Scripture'' en el que Newton argumenta que los versículos 1 Juan 5:7 y 1Timoteo 3:16 (ambos de índole trinitaria), fueron alterados por la Iglesia Romana Católica.  Sin embargo, dicho texto no es ninguna prueba definitiva de que Newton haya negado la Trinidad. Al leer el mismo texto, no hay lugar explícito en el que lo haga. Más aún, el escrito solo se enfoca en la traducción de dos versículos, y aún cuando Newton hubiera puesto en duda la traducción que los eclesiásticos católicos hicieron de esos dos versículos, no puso en duda la traducción de otros versículos de verdad trinitaria, tales como los Salmos 110:1, Mateo 1:20-23, Mateo 22:44, Mateo 28:19, Juan 1.1, Juan 1.14, Juan:24, 8Juan 15:16, Juan 15:26, Juan8:58, Romanos 8:9, Romanos 9.5, 2 Corintios 13.14, Colosenses 1:16Colosenses 2:9, 1ª Juan5:20, y demás.

La realidad es que los escritos propios de Newton demuestran no solo que Newton nunca negó la divinidad de Cristo,  sino que lejos de hacerlo, con el paso del tiempo fue  reafirmando cada vez más un sentido de la verdad trinitaria, a tal grado de aseverar una explicación de esta doctrina por escrito.

Para sostener una defensa del trinitarismo de Newton, acudimos primero a David Brewster, notable científico, que hasta la fecha sigue siendo el biógrafo de Newton más prominente en muchos sentidos. Él revisó los escritos del matemático a lo largo de dos décadas, los examinó meticulosamente y como resultado publicó la histórica biografía “Memorias de la vida, escritos y descubrimientos de Sir Isaac Newton", en donde informa que, durante su tiempo de vida, Newton nunca fue acusado de ser arriano ni nada parecido. Por el contrario, informa que los rumores al respecto comenzaron hasta después de la muerte del físico y fueron causados en principio por William Whiston, que era un clérigo arriano que, de hecho, tuvo tensiones con el propio Newton y además se sabe que manipuló ciertos escritos para imponer información alterada.

De ahí en adelante, muchos se han encargado de esparcir los rumores. Brewster explica que fue la manipulación de los socinianos la que causó mayor confusión cuando, años después de muerto Newton, aquellos republicaron el manuscrito con el título “Sir Isaac Newton on the Trinitarian Corruptions of Scripture”, el cual no era la idea original del texto.  Sin embargo, son muchos los biógrafos los que han contribuido a la mitificación de Newton como un "hereje" arriano (especialmente los mismos unitarios o los enemigos del cristianismo que minimizan o dejan de lado el papel que la religión tuvo en su vida y obra).

Brewster, sin embargo, llegó a la conclusión de que, aunque las oraciones de Newton hacen una especial diferenciación entre el papel y la manifestación de Dios como Padre e Hijo, éstas diferenciaciones nunca significaron realmente una negación de la Trinidad. Newton jamás negó la Trinidad expresamente y nunca se declaró a sí mismo como arriano, ni sociniano, ni antritinitario, en ningún escrito. Su biógrafo comentó:          

"El hecho de que él no era sociniano se prueba por su proclamada creencia de que nuestro Salvador fue objeto de “adoración entre los cristianos primitivos,” y de que él era “el Hijo de Dios, tanto como por la Resurrección de los muertos, como por su nacimiento sobrenatural de la virgen…”    
No dudé, al escribir la vida de Sir Isaac Newton en 1830, en llegar a la conclusión de que él era creyente de la Trinidad, y al emitir este dictamen en el credo de un hombre tan grande y tan infatigable estudiante de la Escritura, era muy consciente de que hay varias formas de la verdad trinitaria y varios modos de expresarla, que han sido recibidos como ortodoxas [hasta] en las sociedades más puras de la Iglesia Cristiana”
[David Brewster, Memoirs of the Life, Writings and Discoveries of Sir Isaac Newton, 2 vols.; Edinburgh, 1860), II, p. 340]

El hecho de que Newton no era ninguna especie de antitrinitario se hace especialmente claro gracias a sus manuscritos teológicos que se conservan todavía en la Universidad de Jerusalén.  En la sección 3 del escrito "Drafts of the History of the Church", Newton expresa a todas luces sus creencias equiparables un trinitarianismo particulado, pero bíblico. Digo “trinitario” porque expresamente habla de la unión consustancial del Hijo y del Padre y del Espíritu, así como de la adoración y el culto que se le debe rendir a Dios como Jesucristo; digo “particulado”, porque, a pesar de ello, se ocupa de hacer un distinción especial en la manifestación, extensión o magnitud de Dios como Hijo, Padre y Espíritu;  digo “bíblico” porque tanto la diferenciación que hace, como la adoración que propone hacia Cristo, es escritural, basada respectivamente en Juan 14:28 y en Mateo 28:9, Mateo 28:17, Juan 9:38, Hebreos 1:6.

El científico había estado examinando los artículos no-bíblicos que habían sido añadidos por la Iglesia al credo de Nicea, y después de descartar uno por uno aquellos que no fueron escritos originalmente por la Biblia, el físico expresa una confesión reformulada del credo básico de fe apostólica que él aprueba. Aseguró:

"Creemos en un Dios, el Padre Celestial, el Hacedor de todas las cosas visibles & invisibles: y en nuestro Señor Jesucristo el Hijo de Dios, el único únigenito del Padre, que es de la sustancia del Padre, Dios de Dios, luz de luz, el Dios verdadero del Dios verdadero, engendrado, no creado, consubstancial al Padre, por quien todas las cosas que están en el cielo y en la tierra fueron hechas, quien por nosotros los hombres y por nuestra salvación descendió y fue encarnado y hecho hombre, y sufrió, y resucitó al tercer día, ascendió al cielo y vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. También creemos en el Espíritu Santo... por quien los profetas hablaron.
Este credo es fácil de entender por las más simples capacidades y de esta manera es apto para ser propuesto a todos los hombres como los primeros principios que deben ser de la religión y en esta consideración puede compararse adecuadamente con leche para bebés. Es corto y fácil de recordar como uno de los símbolos de lo que la religión debe ser. Todos los artículos están en las Escrituras en palabras expresas y por lo tanto son libres de discusión. No contiene repeticiones ni meras teorías como algunos de los artículos que hemos omitido, sino verdades prácticas en las que toda la práctica de la religión depende, y por tanto, un sistema de fe en condiciones de ser aprendido en el primer lugar como el fundamento de toda la religión.
Debemos creer en un sólo Dios a quien amar y temer. Debemos creer que él es el Padre Todopoderoso, o el primer autor de todas las cosas mediante el poder de su voluntad, para que podamos agradecerle y adorarlo sólo a él por nuestro bienestar y por todas las bendiciones de esta vida. Debemos creer que Él es el Dios de Moisés y los judíos, que creó el cielo y la tierra, el mar y todas las cosas el mismo, como expresó en uno de los diez mandamientos, que no tomemos su nombre en vano, ni hagamos imágenes de culto ni semejanzas visibles ni tener en nuestra adoración cualquier otro Dios más que Él. Porque Él es, sin semejanza, Él es el Dios invisible a quien ningún ojo ha visto ni puede ver, y por lo tanto no debe ser adorado en ninguna forma visible. Él es el único Dios invisible y el único Dios a quien debemos adorar y por lo tanto, no debemos adorar a ninguna imagen ni ninguna semejanza de imagen visible o de forma.
No se nos prohíbe dar el nombre de dioses a los ángeles o Reyes, pero sí se nos prohíbe adorarlos como a dioses. Por consiguiente, pueden ser que se hayan llamado dioses en el cielo o en la tierra (como hay muchos Dioses y muchos Señores), pero para nosotros no hay sino un solo Dios, el Padre del cual proceden todas las cosas y nosotros en Él y nuestro Señor Cristo Jesús, por quien todas las cosas son y nosotros existimos en él, esto es, un solo Dios y un solo Señor en nuestra adoración: Un Dios y un solo mediador entre Dios y el hombre: Cristo Jesús.
Tenemos prohibido adorar dos dioses, pero no se nos prohíbe adorar a un Dios, y un solo Señor: un Dios por la Creación de todas las cosas y un solo Señor por redimirnos con su sangre. No debemos orar a dos dioses, pero hemos de orar a un Dios en el nombre de un Dios único. Debemos por lo tanto, pensar en un solo Señor Jesús y comportarnos nosotros mismos obedientes a Él, como sujetos a Él, y guardar sus mandamientos, y darle a  Él el honor y la gloria y la adoración que se debe a Él como nuestro Señor y Rey, de otra forma no seríamos su pueblo. Tenemos que creer que este Señor Jesús es el Cristo, el Mesías Príncipe, profetizado por Daniel, y debemos adorarlo como el Mesías, de lo contrario no somos cristianos.
A los judíos que se les enseñó a tener solamente a un Dios también se les enseñó a esperar a un Rey, y a los cristianos se les enseña en el credo a tener el mismo Dios y creer que Jesús es el Rey. Y para que le demos el más alto honor también debemos creer que Él es el hijo de Dios nacido de la virgen María sin ningún otro Padre mas que Dios mismo. "¿Quién es el mentiroso", dijo Juan, "sino aquél que niega que Jesús es el Cristo? El anticristo es aquel que niega al Padre y al Hijo." Y estamos autorizados a llamarlo a él también Dios: porque el nombre de Dios es en Él. Exod. 23.21. Y debemos creer también que por su encarnación en la virgen él vino en carne no en apariencia solamente sino realmente y verdaderamente, siendo semejante en todo a sus hermanos (Heb. 2 17) por cuya razón él es llamado el Hijo del hombre." 
[Isaac Newton, en: Drafts on the history of the Church (Section 3), (1670), cit. por Yahuda Ms. 15.3, National Library of Israel, Jerusalem, Israel. Versión Online en The Newton Project]
Estos fragmentos  fueron leídos por Albert Einstein y Ethel Yahuda, quienes los estudiaron en la Universidad de Jerusalén y lograron estar al día con su publicación en el siglo XX. Una vez difundidos, han servido para esclarecer aspectos de la teología newtoniana.
Dado que la Biblia afirma que "Dios es Uno" y, al mismo tiempo, que Jesucristo dijo: "Mi Padre y Yo somos Uno", Newton, afirmó su fe en la adoración hacia Jesucristo, a quien, dice él, podemos llamarle Dios, “porque Dios está en él”, y a quien "debemos adorarcomo nuestro Mesías divino, “o de lo contrario no somos cristianos". 
En su estudio extenso titulado “¿Era Isaac Newton  arriano?”, Thomas C. Pfizenmaier concluyó que:
“Para Isaac Newton la trinidad era válida, mas siempre y cuando se concibe con una idea monarquiana de dominio como la clave para la comprensión de la unión del Padre y del Hijo. Newton aplicó este Monarquianismo consistentemente en su opinión de lo que es la adoración correcta. Varios artículos de “On our Religion to God, to Christ, and the Church”, reflejan el aspecto... ahí vemos reflejada la preocupación de Newton del ordenamiento adecuado de la adoración trinitaria de acuerdo con su  esquema monárquico en que el Hijo sirve como intermediario....
En lugar de ser un arriano, Newton se asemejaba más a la posición de Eusebio [de Cesárea] en el siglo cuatro y a los homoiousianos que lo siguieron. Newton no era ni "ortodoxo" (en términos del credo de Atanasio), ni arriano. Él creía que ambos grupos habían caído en especulación metafísica. Él estaba convencido de que su posición era la verdaderamente bíblica, en la que el Hijo se afirma como la imagen mismísima del Padre, y que esta posición era mejor representada por aquellos Obispos en Nicea que sostuvieran que el Hijo era de la misma clase de sustancia que el Padre, pero no la misma numéricamente.” [C. Pfizenmaier, Thomas. Was Newton an Arian?. Project Muse]

Espero que estos señalamientos sean suficientes para que quienes buscan el fondo del asunto perciban una desmitificación de la teoría de un Newton antitrinitario, y encuentren una reivindicación de su doctrina trinitaria. ¿Qué más pruebas se necesitan?

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