Henry Wadsworth Longfellow (1807 – 1882) fue un poeta, escritor, traductor y educador estadounidense. Es considerado el literato más prominente de su época en América, y una figura clave del romanticismo americano.
Como traductor, Longfellow fue el primero en traducir al inglés la famosa Divina Comedia de Dante Aligheri. Como creyente, Henry emprendió un proyecto llamado "El Cristo: Un Misterio" (1872), en donde abordó "diversos aspectos de la cristiandad en la Edad Apostólica, la Edad Media, y la Edad Moderna", y aspectos de la vida de Jesucristo. Como poeta, su creencia en Dios se hizo presente en diversos fragmentos de sus poemas:
"Un salmo de la vida"
"¡No me digas, con cifras lamentables
que la vida no es más que un sueño trivial!
Porque el alma que se duerme muerta está
y las cosas no son lo que aparentan.
¡La vida es real! ¡La vida es ferviente!
Y su objetivo no es la sepultura
Polvo eres y en polvo te convertirás,
No se refería al alma
Ni el placer, ni el pesar
son nuestro destino final
Sí lo es actuar, para que cada mañana
se nos encuentre más lejos que éste día
El arte es largo, el tiempo, corto
y nuestros corazones, aunque firmes y valerosos,
aún, como tambores sordos,
tocan marchas fúnebres hacia la sepultura.
¡Desconfía del Futuro, por agradable que parezca!
Deja que el Pasado muerto entierre a sus muertos.
¡Actúa,— actúa en el Presente viviente
El corazón firme y Dios guiándote allá arriba!
Vidas de grandes hombres nos recuerdan
que podemos hacer sublimes las nuestras
y al partir, dejar atrás
huellas en las arenas del tiempo.
Huellas con las que, quizá otros
al navegar en el solemne alta mar de la vida,
un hermano náufrago desolado,
al verlas, recobre la esperanza.
Levantémonos, pues, y manos a la obra,
con un corazón listo para cualquier destino.
Aún logrando y aún buscando
aprendiendo así, trabajando y esperando."
"¡No me digas, con cifras lamentables
que la vida no es más que un sueño trivial!
Porque el alma que se duerme muerta está
y las cosas no son lo que aparentan.
¡La vida es real! ¡La vida es ferviente!
Y su objetivo no es la sepultura
Polvo eres y en polvo te convertirás,
No se refería al alma
Ni el placer, ni el pesar
son nuestro destino final
Sí lo es actuar, para que cada mañana
se nos encuentre más lejos que éste día
El arte es largo, el tiempo, corto
y nuestros corazones, aunque firmes y valerosos,
aún, como tambores sordos,
tocan marchas fúnebres hacia la sepultura.
¡Desconfía del Futuro, por agradable que parezca!
Deja que el Pasado muerto entierre a sus muertos.
¡Actúa,— actúa en el Presente viviente
El corazón firme y Dios guiándote allá arriba!
Vidas de grandes hombres nos recuerdan
que podemos hacer sublimes las nuestras
y al partir, dejar atrás
huellas en las arenas del tiempo.
Huellas con las que, quizá otros
al navegar en el solemne alta mar de la vida,
un hermano náufrago desolado,
al verlas, recobre la esperanza.
Levantémonos, pues, y manos a la obra,
con un corazón listo para cualquier destino.
Aún logrando y aún buscando
aprendiendo así, trabajando y esperando."
(A Psalm of Life, 1839)
Sus antiguos villancicos, familiares, tocar
Salvajes y dulces
Las palabras reiterar
¡De la paz en la tierra, benevolencia a la humanidad!
Y pensé cómo fue, ya que el día llegó,
Que los campanarios de toda cristiandad
Lograron continuar
La canción ininterrumpida
¡De la paz en la tierra, benevolencia a la humanidad!
Hasta entonces, cantando a su manera
El mundo girando de noche y de día
Una voz, una campanilla
Un sublime cantar
¡De la paz en la tierra, benevolencia a la humanidad!
Entonces de cada boca negra anatema
Resonaron los cañones en la parte sureña
Y con ese sonido
ahogaron los villancicos
¡De la paz en la tierra, benevolencia a la humanidad!
Fue como un sismo que así desgarraba
La chimenea hogareña de un continente
Y de esa manera desolaba
A cada hogar naciente
¡De la paz en la tierra, benevolencia a la humanidad!
Y en desesperación agaché la cabeza;
y dije, 'no hay paz en la tierra';
'Porque fuerte es el odio,
Y se burla de la canción'
¡De la paz en la tierra, benevolencia a la humanidad!
¡De la paz en la tierra, benevolencia a la humanidad!
Entonces sonaron las campanas más fuertes, más profundas:
"¡Dios no ha muerto, ni tampoco ha de dormitar!
El Mal se consumirá,
El Bien prevalecerá,
¡Con la paz en la tierra, benevolencia a la humanidad!
(Christmas Bells, 1863)
"Cristo: Un Misterio" - Parte III
(Fragmento):
(Fragmento):
“¡Verdaderamente, no andamos mas que a tientas aquí en la oscuridad
Cerca del muro que divide la Vida y la Muerte
A cada momento, temiendo o deseando
Poner las manos en la puerta que no hemos visto!
¡Obremos, pues, por una quietud interna,
una quietud interior y una curación interior
Cerca del muro que divide la Vida y la Muerte
A cada momento, temiendo o deseando
Poner las manos en la puerta que no hemos visto!
¡Obremos, pues, por una quietud interna,
una quietud interior y una curación interior
ese perfecto silencio, donde los labios y el corazón
están calmados, y no entretenemos ya más
están calmados, y no entretenemos ya más
a nuestros propios pensamientos imperfectos y vanas opiniones,
más donde sólo Dios habla en nosotros y nosotros esperamos
con sencillez de corazón, de modo que sepamos
Su Voluntad, y en el silencio de nuestras almas,
con sencillez de corazón, de modo que sepamos
Su Voluntad, y en el silencio de nuestras almas,
podamos cumplir Su Voluntad y sólo hagamos eso!”
(Christus: A Mystery, 1872)
Bibliografía:
- Beebe, Katherine. The story of Henry Wadsworth Longfellow. 1899.
- Longfellow, Henry Wadsworth "Christus: A mystery, In three parts: The Divine Tragedy" (1851)
- Longfellow, Henry Wadsworth "Christus: A Mystery. Part III. The New England Tragedies. Complete Poetical Works. 1893.
- Longfellow, Henry Wadsworth, "Poems and Other Writings". Library of America, 2000
- Robertson, Eric. S. "Life of Henry Wadsworth Longfellow", (1877)
- Encyclopedia of World Biography, Henry Wadsworth Longfellow Biography,
gracias siempre por la poesía. Ante tanta biografía, me costó encontrar al menos unpar de poesías de Longfellow
ResponderEliminarGracias siempre por los comentarios!
EliminarLa poesía es una cosa maravillosa. Personalmente, te recomiendo algunas T.S. Eliot (Premio Nobel de la Literatura):
http://creyentesintelectuales.blogspot.mx/search/label/T.%20S.%20Eliot
De William Blake:
http://creyentesintelectuales.blogspot.mx/search/label/William%20Blake
Y de mi favorita: Joanna Baillie:
(todavía no traduzco de Joanna, aunque espero tener la oportunidad de hacerlo proximamente)
Un saludo!