Richard Errett Smalley (1943-2005) fue un químico estadounidense, egresado de la Universidad de Princeton (1973). Es famoso por haber descubierto el C60 y otras formas moleculares en 1985, junto a sus colegas James Heath, Sean O'Brien y Robert Curl en la Universidad de Rice (Texas), donde fue profesor de 1981 hasta su muerte.
Fue galardonado con el Premio Nobel de la Química en 1996, por formar parte en el descubrimiento del buckminsterfullereno y su familia correspondiente de moléculas; (los fullerenos son la tercera forma elemental de carbono después del grafito y el diamante.)
El experimentó realizado para dar con el hallazgo consistió en tomar un trozo de grafito, e incidir sobre él un rayo láser, (dispositivo que había resultado del trabajo de Charles H. Townes en la década de los 50's).
Tras su muerte, se aprobó una resolución para honrar la memoria de Smalley y hoy en día sus méritos lo llevan a ser conocido como el "padre de la nanotecnología." [1]
En su discurso ante la 79ª Convocatoria Anual de Becas de la Universidad de Tuskegee, el bioquímico enfrentó a los errores del evolucionismo, mostrando preferencia por el creacionismo, diciendo:
“La carga de prueba recae en aquellos que no creen que ‘Genesis’ estaba en lo cierto, y que hubo una Creación, y que el Creador aun está involucrado.” (Smalley 2004, Tuskegee University’s 79th Annual Scholarship Convocation, 3 de octubre).
Los libros ‘Origins of Life’ (Orígenes de la vida) y ‘Who Was Adam?’ (¿Quién era Adán?), escritos por el astrofísico Dr. Hugh Ross y el bioquímico Dr. Fazale Rana causaron una gran influencia en Smalley, que lo llevaron a reflexionar y a cuestionar de forma definitiva las irracionalidades de la teoría darwinista, de forma que Smalley escribió:
"La evolución se ha estado tratado con un golpe mortal. Después de leer Orígenes de la Vida, con mis conocimientos de química y física, es claro que la evolución no pudo haber ocurrido.
El nuevo libro, ¿Quién era Adán?, es la bala de plata que da muerte al modelo evolutivo." (Smalley 2005a; citado también en ChristianPost, 2005)Es por ésto que, en la última parte de su vida, Smalley llegó al convencimiento de la veracidad revelada por Dios. Smalley se volvió un cristiano creacionista de tierra antigua:
“Recientemente he vuelto a la iglesia regularmente con un nuevo enfoque para entender lo mejor que pueda lo que hace que el cristianismo sea tan vital y poderoso en las vidas de miles de millones de personas hoy en día, a pesar de que han pasado casi 2,000 años desde la muerte y resurrección de Cristo.
Aunque sospecho que nunca voy a entender plenamente, ahora creo que la respuesta es muy simple: es verdad. Dios sí creó el universo hace unos 13.7 billones de años, y por necesidad, se ha involucrado Él mismo con Su creación desde entonces.
El propósito de este universo es algo que sólo Dios sabe a ciencia cierta, pero es cada vez más claro para la ciencia moderna que el universo fue exquisitamente ajustado para hacer posible la vida humana. De alguna manera nosotros estamos implicados críticamente en Su propósito. Nuestro trabajo consiste en percibir ese propósito lo mejor que podamos, amarnos los unos a los otros, y servirlo a Él para conseguir que ese trabajo sea hecho.” (Smalley, Mayo de 2005, en su carta enviada al Hope College (2005) Alumni Banquet donde se le otorgó un premio a ex alumnos distinguidos. Su estado de salud le impidió asistir al evento personalmente.)
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