Johann Carl Friedrich Gauss (1777 – 1855) fue un matemático alemán que contribuyó significativamente a muchos campos, incluyendo la teoría de números, el álgebra, la estadística, el análisis matemático, la geometría diferencial, la geodesia, la geofísica, la electrostática, la astronomía, la teoría de la matriz, y la óptica.
Algunos le han llamado "el príncipe de las matemáticas" y en la historia es considerado uno de los científicos matemáticos más influyentes, y reconocido como uno de los matemáticos más prolíficos (aunque después Leonhard Euler).
Lo que se sabe de las creencias religiosas de Gauss es gracias a su correspondencia personal y un poco de su actividad con su círculo de amistades y familiares. A partir de estos registros, distintos biógrafos han hecho diferentes interpretaciones sobre su credo.
Bühler, Walter Kaufmann, en Gauss: a biographical study (1987), hace incapié en que "Gauss no era ateo", le clasifica como un creyente intelectual con una dosis de heterodoxia.
Gerhard Falk en su libro "American Judaism in Transition: The Secularization of a Religious Community" (1995:153), escribió que:
Bühler, Walter Kaufmann, en Gauss: a biographical study (1987), hace incapié en que "Gauss no era ateo", le clasifica como un creyente intelectual con una dosis de heterodoxia.
Gerhard Falk en su libro "American Judaism in Transition: The Secularization of a Religious Community" (1995:153), escribió que:
"[Inicialmente] Gauss era un deísta con una buena dosis de escepticismo en relación a la religión, pero incorporando una gran cantidad de intereses filosóficos en las Grandes Preguntas, es decir, la inmortalidad del alma, la vida después de la muerte, y el significado de la existencia del hombre."
Sin embargo, divergiendo de la tesis de que Gauss era "deísta", uno de sus biógrafos prominentes, Waldo Dunnington, documenta que, a pesar de su divergencia en ciertas doctrinas, Gauss estuvo afiliado a la Iglesia luterana toda su vida adulta. Así, comenta:
"No se sabe exactamente lo Gauss creía sobre la mayoría de las cuestiones doctrinales y confesionales. No creía literalmente en todas las doctrinas cristianas; [pero] oficialmente era miembro de la iglesia de St. Albans (Evangélica Luterana) en Göttingen. Todos los bautizos, entierros y bodas en su familia, ocurrieron allí. Tampoco se sabe si asistía a la iglesia con regularidad o si contribuía financieramente. Un colega de la facultad denominó a Gauss como deísta, pero hay buenas razones para creer que esta etiqueta no le encajaba bien.
Gauss poseía una fuerte tolerancia religiosa que extendía a toda creencia originada en las profundidades del corazón humano. Esta tolerancia no debe confundirse con indiferencia religiosa. Él tenía un interés especial en el desarrollo religioso de la humanidad, especialmente en su propio siglo." (Dunnington, 2004:305)
Rudolf Wagner (1805–1864) |
Esta era una posición con la que ambos estaban en desacuerdo, y la situación los llevó a hablar del tema de la fe. Wagner era un cristiano bíblico, y Gauss, parecía estar buscando fe en esos momentos, por lo cual, le dijo a su amigo:
"Debo decir que tan a menudo en tiempos anteriores, cuando vi a la gente de las clases bajas, los trabajadores manuales simples que podían creer tan justamente con el corazón, yo siempre les tenía envidia. Y ahora, dime, ¿cómo se empieza con esto?" (Gauss. cit. en Dunnington, 1955:305)Wagner le contestó aludiendo las palabras de Efesios 2:8, que "la fe es un don", a lo cual, Gauss replicó: "Dices que la fe es un don; esto es quizá lo más correcto que se pueda decir al respecto."
En algunas otras observaciones religiosas, Gauss habló de su propia influencia teológica:
"Debo confesar que tales teólogos antiguos y compositores como Paul Gerhardt siempre han hecho una gran impresión en mí; una canción de Paul Gerhard siempre ejerció un poder maravilloso en mí, mucho más que, por ejemplo, Moisés" (Gauss, cit. en Dunnington 2004:356).Como fuentes de influencia espiritual, el matemático también refería a Wilhelm Braubach, al pastor y estadístico Johann Peter Süssmilch, y a los mismos Evangelios:
"Dos obras religiosas que Gauss leía frecuentemente eran "Teoría del alma [humana al uso de la preservación de la moral y la religión]" de Braubach (Giessen, 1843) y "El orden divino [en los cambios humanos]" de Süßmilch (Ordnung gerettet, 1756); también dedicaba tiempo considerable al Nuevo Testamento en el griego original" (Dunnington, 2004:305).Al igual que Einstein y Millikan, "el príncipe matemático" se daba cuenta de que, en las cuestiones morales, era necesario mucho más que el estudio científico. En sus palabras:
"Difícilmente creo que en la psicología haya datos presentes que puedan ser evaluados matemáticamente. Mas uno no puede saber esto con certeza, sin haber hecho el experimento. Sólo Dios está en posesión de las bases matemáticas de los fenómenos psíquicos" (Dunnington, 1955:348).
"Hay preguntas cuyas respuestas yo pondría en un valor infinitamente más alto que el de las matemáticas, por ejemplo, las que se refieren a la ética, o a nuestra relación con Dios, nuestro destino y nuestro futuro; pero su solución queda más allá de nosotros mismos, fuera del área de competencia de la ciencia” (Gauss, como se cita en The World of Mathematics (1956:314), por J. R. Newman)
"Todas las mediciones en el mundo no se equiparan ni a un teorema con el que la ciencia de verdades eternas pueda progresar" (Gauss, 14 de marzo de 1824, cit. en Dunnington 1955:360).Él percibía a la espiritualidad como algo esencialmente importante para los seres humanos (Kline, 1982:73), y su doctrina más defendida fue la firme creencia en la vida después de la muerte. Se cita a Gauss diciendo:
"El mundo no tendría sentido, toda la creación sería absurda, sin la inmortalidad" (Gauss, cit. en Dunnington 2004:357)
Y por estas concepciones, fue duramente criticado por el ateo materialista Eugen Dühring, quien juzgó al matemático como un hombre "supersticioso" y "estrecho" (Dunnington 2004:359).
Pero, a diferencia de Dühring, Gauss tenía un sentido de respeto por la religión, y llegó a decir que "para el alma hay una satisfacción de índole superior" (Gauss, cit. en Dunnington, 1955:348). Como se nos comenta:
Pero, a diferencia de Dühring, Gauss tenía un sentido de respeto por la religión, y llegó a decir que "para el alma hay una satisfacción de índole superior" (Gauss, cit. en Dunnington, 1955:348). Como se nos comenta:
"Él siempre hizo hincapié en que uno no tiene justificación de perturbar la fe de otros, en la cual, encuentran consuelo para las penas terrenales y un refugio seguro en tiempos de desdicha". [Dunnington, 2004:305; & The Sesquicentennial of the Birth of Gauss at the Wayback Machine (archivado el 26 de febrero, 2008) Scientific Monthly XXIV: 402–414]Gauss preguntaba: "¿Qué somos sin la esperanza de un futuro mejor?" (Kettle & Thomas, 1911:45), y concordaba con Pascal en que hay ciertas razones del corazón que testifican que hay una esperanza venidera:
“Hay en este mundo una alegría del intelecto, que se satisface en la ciencia, y una alegría del corazón, que se manifiesta sobre todo en la ayuda que las personas se brindan las unas a las otras frente a las adversidades y pruebas de la vida. Pero si el plan del Ser Supremo hubiese sido el de crear a seres y asignarlos a distintas esferas con el fin de que estos probaran estas alegrías [sólo] por unos 80 o 90 años, sería un desdichado plan... Ya sea que el alma viva 80 años o 80 millones de años, si ésta estuviese predestinada a ser acabada, tal existencia solo sería un respiro. Al final, se separaría del ser. Por lo tanto, somos impulsados a la conclusión a la que apuntan tantas cosas, a pesar de que no equivalen a una prueba científica coercitiva, de que además de este mundo material, existe otro orden puramente espiritual de las cosas, con actividades tan diversas como en el presente, y que heredaremos tal mundo espiritual algún día” (Gauss, cit. en Kettle & Thomas, 1911:48-49).
Más aún, el también astrónomo apoyaba la tarea de compartir y promover la esperanza religiosa, lo cual demostró cuando su propio hijo, Eugene, le anunció que quería convertirse en un misionero cristiano. Al saberlo, Gauss lo aprobó diciéndole que, independientemente de posibles problemas de falsedad dentro de las organizaciones religiosas, el trabajo misionero era una tarea muy importante socialmente, diciendo:
Inmediatamente después de la muerte de Gauss, su médico personal, (el Dr. Wilhelm Baum), escribió una carta a Alexander Humboldt, señalando lo siguiente sobre los últimos días del matemático:
"Reconozco con todo mi corazón la tarea de un misionero como algo altamente honorable... Que mi hijo lo intente por varios años" (Gauss, en Dunnington, 1955:311).Para Gauss, había momentos en la vida que eran frutos, no de casualidad, sino de causa-lidad comunicándonos un mensaje. Así fue cuando llegó a resolver el problema de límites integrales infinitos, logro que atribuyó (un poco similar a como hicieron Jacinto Convit o a George Washington Carver) a una cierta inspiración de Dios:
"Por fin, hace dos días, tuve éxito — no a causa de mis duros esfuerzos, sino por la gracia del Señor. Al igual que un repentino destello de un relámpago, el enigma fue resuelto. Soy incapaz de decir cuál fue el hilo conductor que conectó lo que previamente sabía con lo que hizo que mi éxito fuese posible" [Citado en Mathematical Circles Squared (1972), por Howard W. Eves; Ver también: Furdui, Ovidiu. 2013. Limits, Series, and Fractional Part Integrals: Problems in Mathematical Analysis. Springer Science & Business Media, p. 54]En otra ocasión, escribió:
"En este tipo de aparentes accidentes que finalmente producen una influencia tan decisiva en la vida entera de uno mismo, uno se inclina a reconocer las herramientas de una Mano superior" (Gauss, en una carta del 25 de abril de 1825; citada en Dunnington, 1955, p. 361).Conociendo sus escritos, su biógrafo articuló así la fe de Gauss:
"Para él, la ciencia era el medio de exponer el núcleo inmortal del alma humana. En los días de su fuerza plena, le proporcionó la recreación y, por las perspectivas que se abrían ante él, le daba consuelo. Hacia el final de su vida, le dio confianza. El Dios de Gauss no era un producto frío y distante de la metafísica, ni una caricatura distorsionada de teología amargada. Al hombre, esa plenitud de conocimiento no le es concedida para justificar su arrogancia argumentando que su visión borrosa es la luz plena y que no puede ser otra que pueda reportar la verdad al igual que él mismo.
Para Gauss, no el que murmura su credo, sino el que lo vive, es el aceptable. Él creía que una vida que se había pasado aquí en la tierra dignamente era la mejor, o la única preparación, para el cielo. La religión no es una cuestión de literatura, sino de vida. La revelación de Dios es continua, no se restringe en tablas de piedra o un pergamino sagrado. Un libro es inspirado cuando inspira. La idea inquebrantable de la continuidad personal después de la muerte, la firme creencia en un último regulador de las cosas, en un Dios eterno, justo, omnisciente y omnipotente, fue la base de su vida religiosa, que armonizaba completamente con su investigación científica... La conciencia religiosa de Gauss estaba basó en una insaciable sed de verdad y un profundo sentimiento de justicia que se extiendía hacia los bienes, tanto intelectuales como materiales. Él concibió la vida espiritual en el universo entero como un gran sistema de leyes penetrado por la verdad eterna, y de esta fuente, obtuvo la firme confianza de que la muerte no termina todo" (Dunnington, 1955: 298-301).La vida personal de Gauss se vio ensombrecida por la temprana muerte de su primera esposa, Johanna Osthoff, en 1809, pronto seguida por la muerte de un hijo, Louis. Gauss fue invadido por melancolía, pero también retuvo su esperanza y escribió:
"Oscuros son los caminos que una mano más alta permite que recorramos aquí... retengamos la fe en una solución más fina, más sublime, a los enigmas de la vida terrenal, estarán presentes, pasando a formar parte de nosotros."(Gauss, en su carta a Schumacher, el 9 de febrero de 1823; cit. en Dunnington, 1955, p. 361)Gauss se casó de nuevo con la mejor amiga de Johanna, llamada Friederica Wilhelmine Waldeck. Su segunda esposa también murió en 1831, tras una larga enfermedad, y ante esto, una de sus hijas, Teresa, se hizo cargo de la casa y asistió a Gauss hasta el final de sus días terrenales. A un amigo cercano, Gauss escribió los siguientes pensamientos:
1 Corintios 15:13 |
"...Estas cargas, que me han sido tan gravosas, habrían sido más ligeras para muchos otros; pero nuestro temperamento es parte de nosotros mismos, dado a nosotros por el Creador con nuestra propia existencia, y tenemos muy poco poder para cambiarlo. Me parece, por otra parte, en esta misma conciencia de la vanidad de la vida (la cual, casi todos los hombres deberán confesar a medida que se acerca el fin), mi mayor seguridad posible es el enfoque de una más bella metamorfosis. En esto, mi querido amigo, encontremos la comodidad, y esforcémonos para evocar la calma a aguantar esta vida hasta su culmino" (Gauss, cit. en Kettle & Thomas, 1911:44-45).
"Que el sueño que llamamos vida sea para ti un sueño feliz, un anticipo de esa verdadera vida que vamos a heredar en nuestro verdadero hogar, cuando el espíritu despierto ya no deba está bajo la esclavitud dolorosa de la carne, las cadenas del espacio, los látigos de dolor terrenal, y el aguijón de nuestras necesidades y mezquinos deseos laborales. Llevemos nuestras cargas hasta el final, con firmeza y sin quejarnos, sin perder nunca de vista ese objetivo superior" (Gauss, cit. en Kettle & Thomas, 1911:45).
"Los últimos días de su vida fueron a menudo muy dolorosos debido a la denuncia agravada de la hidropesía que produjo la hipertrofia de su corazón; pero aún así, él siempre mantuvo su libertad y grandeza de espíritu, la convicción más fuerte de su permanencia personal, la esperanza más firme en la visión aún más profunda visión intelectual de las relaciones numéricas que Dios pone en la materia y que quizá sería capaz de reconocer en magnitudes intensivas, porque él solía decir Ο Θεός αριθμητιζει "O Theós arithmi̱tizei" [es decir: Dios aritmetiza]" (Goldstein, et. al, 2007:236).
Bibliografía
Bühler, Walter Kaufmann (1987). Gauss: a biographical study. Springer-Verlag.
Dunnington, Guy Waldo (1955). Carl Friedrich Gauss, Titan of Science: A Study of His Life and Work. Exposition Press.
Dunnington, Guy Waldo (2004). Carl Friedrich Gauss: Titan of Science. MAA. ISBN 9780883855478.
Gerhard Falk (1995). American Judaism in Transition: The Secularization of a Religious Community. University Press of America.
Goldstein,Catherine; Schappacher, Norbert; Schwermer, Joachim. 2007. The Shaping of Arithmetic after C.F. Gauss's Disquisitiones Arithmeticae: After C.F. Gauss's Disquisitiones Arithmeticae. Springer Science & Business Media. ISBN: 9783540347200
Kettle Karl Alois; Thomas Michael (1911)."Christianity and the leaders of modern science; a contribution to the history of culture in the nineteenth century", Freiburg im Breisgau.
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