¿Por qué enferman los cristianos? ¿y cómo sanar?

En algún momento de nuestras vidas, todos hemos sufrido alguna especie de dolencia física o enfermedad, y en esos casos en los que nos cuesta trabajo sanar de forma normal, o cuando aún acarreamos alguna dolencia en nuestro día a día, a menudo nos preguntamos ¿porqué enfermamos los seres humanos? y ¿cómo le hacemos para mejorar?

Pues buen, la Biblia tiene las respuestas, pero nunca se nos dice que la causa de todas las enfermedades se deban a una sola razón. Lo que pudo causar enfermedad en alguno, puede que a otro no le haya afectado, y lo que a alguien le haya causado dolencias, puede deberse a una razón distinta que a otros. 

Si consideramos un enfoque bíblico, podemos encontrar numerosas causas de padecimientos, limitaciones, enfermedades, malestares, dolores, condiciones físicas, debilidades físicas o problemas de salud en las personas. 

1. Es cierto que hay enfermedades que son causadas de forma sobrenatural por Satanás o espíritus malignos (Mt. 4:24; Mt. 12:22-28, Lc. 8:2; Lc. 13:11-13, Mc, 9:14-29) y aunque generalmente estas vienen generalmente sobre personas impías (sobre gente que disfrutan hacer la maldad), Dios también permitió que algunas enfermedades de "origen espiritual" hiriesen temporalmente y a manera de prueba a un buen siervo como Job herido por una sarna (Job 2:4-7). Es importante ver que aunque Dios lo permitió, aún así no dejó que la enfermedad le quitase la vida, porque al final, su salud sería restaurada completamente (Job 42:10). En Lucas 13:16, Jesús también enseñó que Satanás había "atado" un padecimiento en una mujer de fe, a una "hija de Abraham", pero Él mismo la vino a sanar instantáneamente en un momento inesperado para algunos, con tal de darle libertad. Claramente, Dios desea la salud de sus hijos (3 Juan 1:2) aunque por un momento hayan pasado por una prueba temporal. 
2. Hay padecimientos que pueden ser causados directamente por Dios hacia la gente que disfruta hacer el mal (Dt. 32:39) por distintas razones, como castigo temporal, para suavizar sus corazones, para corregir, para advertir, para quebrantar y para llevar al arrepentimiento ya que Él busca que todos lleguen a él (Hch. 17:39-31). El relato bíblico muestra que Dios puede enviar o permitir ciertas enfermedades de forma sobrenatural como un castigo a quienes se empeñaban en hacer mal o no se querían arrepentir de su maldad; (Dt. 28:20-22; Núm. 12, 1 Crón. 21:14; Sal. 119:67; Hch. 12:23), y a veces se mencionan pestilencias, plagas y hongos. A veces como resultado de la rebelión (Is. 53:8), de la incredulidad (Lc. 1:20), o del engaño o la injusticia (Hch. 13:10-11). Sin embargo, la Biblia afirma que Él no desea la muerte de nadie (Ex. 33:11) y que Él puede mantener protegidos de la peste destructora a aquél que se refugia en Él (Sal. 91:1-3). No todas las enfermedades se originan por esto, pues Jesús dejó muy claro un ejemplo de enfermedades que no son a causa del pecado de nadie.
3. Algunas limitaciones físicas fueron dadas por Dios para que su Poder se muestre en estas personas: para que Él sea glorificado y engrandecido con el milagro de su sanidad y el poder de Dios obrando en ellos (Ex. 4:11-12, 2 Cor. 12:9, 1 Cor. 1:27-31). Quizá el mejor ejemplo de esto fue dado por Jesucristo respecto a un hombre ciego de nacimiento que sería sanado por Él (Jn. 9:1-7). También está el caso de Moisés que era tartamudo, y aún así fue elegido por Dios para ser líder de Israel (Ex. 4:11-12). Aunque hay condiciones de salud que son propias de nacimiento o tienen una factor de formación gestacional o son genéticas, Dios no lo desconocía y en su soberanía lo permitió por un propósito (Ex. 4:11; Is. 45:9): la Biblia nos confirma a través de la pluma del Espíritu Santo que Dios no quiere que sus hijos permanezcan enfermos, sino que seamos "prosperados en todo, y que tengamos buena salud" (3 Juan 1:2).
4. Hay enfermedades graves que son el resultado natural de la práctica del pecado o malas decisiones (Prov. 23:29-35; Mt. 9:2-7). Pensemos en una persona con prácticas sexuales liberales que tiene muchas parejas sexuales, viviendo en carnalidad, y de pronto se encuentra con que ha contraído una enfermedad venérea; o en un adicto que debido al consumo de narcóticos desarrolla, después de años, cirrosis o cáncer de algún órgano que se ha dañado o llenado de toxinas. La Biblia habla de las obras de la carne (en Gál. 5: 19-21; Rom. 1:29-32) como prácticas que acarrean muerte (1 Cor. 15:56) y que traen dolor sobre los impíos (los que disfrutan el pecado), los que tienen un corazón atormentado por su pecado (Sal. 38), en contraste a los que confían en Dios (Sal. 32:10).
5. Hay males que pueden venir al hombre por la ausencia de conocimiento (Os. 4:6), puede ser respecto a principios espirituales, leyes del alma, o leyes naturales, leyes ambientales o físicas, establecidas por Dios en la Creación. La Biblia enseña que las personas que dañan su propio cuerpo acarrean destrucción, porque el cuerpo es templo de Dios (1 Cor. 3:16-17; Gál. 6:7). Por ejemplo, la falta de cuidado sobre principios básicos de higiene (como en Lv. 15-16), la falta de sueño o descanso (Ex. 34:21, Ecl.4:6), el descuido del cuidado de la salud por una alimentación inapropiada o desenfrenada (Pr. 23:20-21, Fil.3:19, 23:21) o la misma holgazanería (relacionada con"sedentarismo") (Pr. 10:4, 13:4, 21:25) acarrean problemas que pueden afectarnos y ponernos en aprietos no solo a nivel espiritual y emocional sino también físico, porque el ser humano es tripartita. Cuando hay falta de autodisciplina, falta de autocontrol, tanto emocional, como respecto a ciertos límites y la forma de vida, nuestro cuerpo puede verse afectado. 
6. La Biblia también contiene muchos versículos que sugieren la existencia del fenómeno psicosomático (Pr. 3:7-8, 4:23, 14:30, 15:13, 15:15, 17:22, 18:14, 18:21, 28:1, Neh. 2:2, 8:10, 2 Cor. 7:10, Job 5:2, Jer. 17:9, Sal.112, Is. 26:3-4, 30:15, 57:21, Mt. 12:34, 15:19, Mc. 7:21-23, St. 1:6, 2 Cor. 7:10). Los miedos mentales de angustia, los miedos del corazón, la tristeza y/o pasiones pecaminosas se enlistan entre estos pasajes los relaciones con enfermedades, males en el cuerpo humano, o ausencia de mejora. Por ejemplo, el salmista escribió que se vuelven "podredumbre para los huesos" (Prov. 14:30) y Jesús mismo afirmó que los "malos pensamientos" que provienen del corazón "contaminan al hombre" (Mt. 15:19; Mc. 7:21-23; etc.). El miedo con sus dudas, la ira reprimida, el sentimiento de culpa, la preocupación, la ansiedad son algunos ejemplos de  pensamientos malos que representan falta de confianza en Dios y son pecaminosos en sí mismos porque no provienen de la fe (Ro. 14:23) y no provienen de la voluntad de Dios (2 Tim.1:7, Gál. 5:22-23). Ejemplos aceptados comúnmente incluyen dolores de cabeza, colitis nerviosa, o hasta embarazos psicológicos, sin embargo, el trabajo del médico John E. Sarno sobre TMS ha explorado a fondo cómo el factor psicológico o éstos sentimientos, los miedos a situaciones emocionalmente fuertes que preferimos evitar, el temor o la creencia de que uno está enfermo, la angustia de lo que ocurrirá, la rabia hacia situaciones imperfectas o el temor de que haya algo malo con nuestro cuerpo (a veces, temor reforzado por diagnósticos médicos) condiciona al cuerpo a "distraernos" y crear síntomas y dolores físicos muy reales e incapacitantes, haciéndonos sentir dolencias o reteniendo e incrementando el dolor (porque aún cuando hayan tenido un origen físico, tendrían que sanar). Según el Dr. Sarno, una gran mayoría de dolencias musculoesqueléticas, diversos trastornos inmonológicos, y una variedad de enfermedades causantes de dolor crónico y algunos otros problemas de salud comunes se originan completamente en esas tensiones acumuladas, ansiedad y estrés originados de emociones reprimidas: no solo como un factor que "influye", sino como causantes absolutos de muchos estados físicos palpables, especialmente en gente con personalidades legalistas consigo mismas, con rasgos perfeccionistas y con yugos de autoimposiciones o exigencias de productividad demasiado altos. Por esto la importancia de recordar que la Biblia enseña a confiar en Dios plenamente, a descansar bajo Su gracia y no bajo la ley, a darle el control pleno a Él, el tener contentamiento y aceptación y entrega poniendo todo en sus manos, el confiar y no dudar de sus promesas ni de su Palabra como sanidad y medicina para el cuerpo (Pr. 4:22) así como a tener la fe inamovible de creer que ya estamos sanos cuando le pedimos a Dios que quite nuestro dolor (Mc. 11:24, Mt.21:22). (Para aquellos hermanos que tengan dificultad para controlar sus miedos o inseguridades, recomiendo oren con fe, y si puedan lean el libro "Ansiosos por nada: Menos Preocupación, Más Paz" de Max Lucado)
7. Hay padecimientos físicos que son resultado del daño o desgaste natural del cuerpo, ya sea por la edad (como Isaac que ya de anciano tenía dificultad para ver, Gn. 27:1), o por algún accidente, como en el caso de un joven cuya caída por la ventana le llevó a la muerte (Hch. 20:7-12) y el caso de Mefiboset quien quedó cojo por un evento durante su infancia (2 Samuel 4:4). Pero incluso a personas en estas situaciones, la Palabra de promete que Él tiene el poder de restablecerlos e incrementar sus fuerzas (Is.40:31), infundirles de nuevo con el aliento de vida (Hecho 10:-11, cf. 1 Reyes 17:17-24) y bendecirles sumamente sin añadirles dolor (Pr. 10:22, cf. 2 Samuel 9), fortaleciéndoles cada vez más (Sal.84:7, Job 17:9, como también lo hizo con ellos. También está escrito que el que está plantado en el Señor puede ser vigoroso incluso en su vejez (Sal. 92:14, 1:3).
8. Diversos pastores y teólogos también han teorizado la posibilidad de padecimientos epigenéticos con un origen espiritual, interpretados como "pecados generacionales" (Ex.34:7). Como esos discípulos preguntaban si sus padres pecaron, la medicina moderna habla a menudo de diversas enfermedades que tienen un "factor genético" y gestacional por causa de algo que hicieron los padres: pensemos en madres o padres que han fumado, que han tomado narcóticos o drogas y como consecuencia han predispuesto alguna anomalía, trastorno o malformación en su hijo o hija. En cualquier caso, Dios tiene el control y el poder de romper cadenas de generaciones y desatar lo que estaba atado, porque establece que "el hijo no llevará la iniquidad del padre" (Ez-18:20) y que Él puede librar las cadenas de quienes estaban atados al poder de la muerte y sujetos de por vida (He. 2:14-15).
9. Finalmente, hay enfermedades de las cuales, ni la ciencia, ni la teología, ni la experiencia han dado a conocer una respuesta de su causa específica todavía. La Biblia menciona, por ejemplo, enfermedades infecciosas causadas por bacterias (la lepra e infecciones descritas en Levíticos), y menciona también la existencia de plagas y pestes (epidemias causadas por virus y parásitos), mismas que se someten a la autoridad de Dios. En otros casos, se desconoce el origen de las debilidades físicas. La ciencia ha avanzado sobremanera pero aún así aún hay muchas preguntas por resolverse desde el campo de la medicina, y a veces así es en la vida de algunos. Sabemos, por ejemplo, que Pablo tuvo una debilidad física, a manera de prueba, por un tiempo (Gál. 4:13-14), y la Biblia no especifica la razón. Hay ejemplos de creyentes o cristianos que estuvieron enfermos en algún momento de su caminar con Dios, pero no sé menciona porqué.  Aunque muchas veces quisiéramos saber con exactitud todas las respuestas, no lo sabemos todo por ahora, y a veces es necesario confesar que solo "conocemos en parte" (1 Cor. 13). Tal es el caso de el profeta Eliseo (2 Re.15:14), el rey Ezequías (Is.38; 2 Re.20:1-11), Timoteo (1 Tim.5:23), Trófimo (2 Tim. 4:20), Tabita (Hch. 9:36-37), miembros de la iglesia de Corintios (2 Cor. 11:29), o Epafrodito (Fil. 2:26). Aún cuando no tenemos el control o el conocimiento de todo, aún así podemos confiar en Dios, que tenía un plan perfecto para cada uno de ellos y tiene un plan perfecto para cada uno de nosotros. 

Cada una de estos casos es de considerar debido a la complejidad de la vida y el tema de la salud. Sin duda, es importante considerar que la condición de cada persona es distinta y cada caso detallado puede tener diferentes (s) posible(s) causa(s), una sóla, o de varias. Pero incluso aunque no sepamos la causa específica y afondo de una enfermedad, estoy convencido de que cualquiera que busca conocer las razones por la cuáles está enfermo, busca principalmente entender cómo puede llegar a la solución, y tener una solución. 

Aunque desde tiempos medievales han habido teólogos cesacionistas que niegan la posibilidad de revertir condiciones problemáticas de salud, incluso la ciencia médica tiene el término de "remisión espontánea" para llamar a los milagros que se han documentado numerosas veces en la historia, hasta nuestros días. La Biblia nos enseña que el Dios que creó los cielos y la Tierra tiene todo el poder para ayudar al ser humanos. Los creyentes intelectuales sabemos que para Dios TODO poderoso TODO es posible, porque así nos lo dan a conocer las Escrituras y el grandioso libro de la Naturaleza. Sea cual sea la condición, desde una infertilidad, hasta alguna condición crónica dolorosa, si en verdad creemos debemos aceptar lo que Dios mismo dijo: 

• "...¿Hay algo demasiado difícil para el SEÑOR?..." (Génesis 18:14)
• "...¿Acaso hay algo que sea difícil para mí?..." (Jeremías 32:27)

La Biblia dice que NO: no hay nada imposible para Dios. Y si lo sabes, pero dudas que Dios quiera sanarte o crees que Dios quiere que permanezcas enfermo por X razón, debes recordar que Dios quiere que seamos "prosperados en todo, y que tengamos buena salud" (3 Juan 1:2): esta es su voluntad para el cuerpo y si empiezas a creerlo vas por buen camino, porque éste es un mensaje primordial y central en las enseñanzas de ese gran Jesucristo que inspiró a los hombres más sabios de la historia a tener una fe que va más allá de lo que se puede ver: 

• "Para los hombres esto es imposible, pero para Dios, todo es posible (Mateo 19:26)
• "les aseguro que si tienen fe,... nada les será imposible" (Mateo 17:29)
• "si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la Tierra acerca de cualquier cosa que pidan, ésta les será hecha por mi Padre que está en los cielos" (Mateo 18:19)
• "todo lo que pidan en oración, creyendo, lo recibirán" (Mateo 21:22)
• "al que cree, todo le es posible" (Marcos 9:23); 
• "para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para Dios, todas las cosas son posibles" (Marcos 10:27)
• "cualquiera que diga a este monte: 'quítate y arrójate al mar', y que no dude en su corazón, sino que crea que será hecho lo que dice, le será hecho" (Marcos 11:22)
• "Todo por lo cual oren y piden, crean que lo han recibido, y les será hecho" (Marcos 11:24)
• "Abba Padre, todo es posible para ti" (Marcos 14:36)
• "Porque ninguna cosa será imposible para Dios" (Lucas 1:37)
• "No temas, sólo cree... y será salva" (Lucas 8:50)
• "...Dios hará justicia a sus escogidos que claman día y noche, y no se tardará en responderles" (Lucas 18:7) 
• "Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios" (Lucas 18:27)
• "¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios?" (Juan 11:40)
• "Les aseguro que el que cree en í, también hará las obras que yo hago y mayores que éstas hará... y todo lo que pidan en mi nombre, eso haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me piden algo en mi nombre yo lo haré" (Juan 14:12-14)
• "Si están en mí y mis palabras en ustedes, pidan lo que quieran y les será hecho" (Juan 15:7)
• "Yo los elegí y los he puesto para que vayan y den fruto... a fin de que todo lo que pidan en mi Padre en mi nombre, Él se los de" (Juan 15:16)
• "Les aseguro que todo lo que pidan al Padre en mi nombre, Él se los dará" (Juan 16:23)
• "La fe es la certeza de las cosas que se esperan, comprobación de lo que no se ve" (Hebreos 11:1)
• "...pero pida con fe, no dudando nada..." (Santiago 1:6)
• "Porque en mí ha puesto su amor, yo lo libraré" (Salmos 91:14)
• "Tú, Oh Señor, no abandonas a los que te buscan" (Salmos 9:10)
• "Clama al Señor y Él te responderá" (Jeremías 33:3)
• "Invócame en el día de la angustia, yo te libraré y tú me honrarás" (Salmos 50:15; cf. Salm 91:15)
• "Yo amo a los que me aman y me hallan los que temprano me buscan" (Pr. 8:17-18)
• "Reconócelo en todos tus caminos y Él enderezará tus veredas" (Pr.3:6)
• "Encomienda al Señor tu camino, confía en Él, y Él hará" (Salmos 37:5)
• "Echa sobre el Señor tu carga y Él te sustentará" (Salmos 55:22)
• "Encomienda al Señor tus obras y tus pensamientos serán afirmados" (Pr.16:3)
• "Tú guardarás en completa paz a aquél cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado" (Isaías 26:3)
• "En el mundo tendréis problemas pero confíen, yo he vencido al mundo" (Juan 16:33)
• "Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, Porque Jehová sostiene su mano" (Salmos 37:24)
• "Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará" (Isaías 43:2)
• "Ciertamente ninguno de cuantos esperan en ti será confundido" (Salmos 25:3)
• "Prueben y vean que el SEÑOR es bueno. ¡Cuán bienaventurado es el hombre que en El se refugia!" (Salmos 34:8)

Podríamos seguir leyendo miles de versículos que afirman que Dios quiere ayudarnos y sanarnos, pero para eso está el artículo "70 pasajes prometen que Dios da SANIDAD a quien acude a Él con FE". Por ahora basta confirmar que como creyentes estamos llamados a tener fe, y por tanto la seguridad de que Dios puede y quiere sanarnos.

La Biblia también declara que la fe sin obras está muerta (St 2:14-17). Martin Luther King Jr., en su ensayo sobre Una respuesta a una pregunta inquietante, explica con argumentos bíblicos y razonables que mientras oramos a Dios por una solución, debemos esperar haciendo mientras lo que Él nos ha mandado a hacer, y no estar de brazos cruzados. No sería congruente, por ejemplo, esperar que Dios bendiga nuestra salud y nos de un buen funcionamiento físico, si nosotros estamos consumiendo todos los días comida chatarra y tomando Coca-Cola, acostados y viendo televisión, sin orar y sin pedirle ayuda. Como él lo dijo:

"Dios nunca dejará que la oración se vuelva un sustituto del trabajo y la inteligencia. Dios nos dio mentes con las cuales pensar, y aliento y cuerpo para trabajar, y él rechazaría su propio plan si nos permitiera obtener a través de la oración lo que puede venir por medio del trabajo y la inteligencia. No, no se trata de escoger entre la oración y el esfuerzo humano; se trata tanto de la oración como el esfuerzo humano."

Ahora bien, para determinar si somos nosotros los que hemos contribuído a la causa de un malestar físico que hemos tenido, o si podemos hacer algo para cambiar la situación, debemos orar para que Dios nos de entendimiento y nos ayude de forma natural y sobrenatural a salir de cualquier enfermedad. 

La Biblia contiene, por ejemplo, muchos versículos interesantes que pueden ayudarnos a reflexionar sobre el tipo de alimentación y forma de vida que Dios planeó para sus hijos (Gén. 1:29-30, 9:3-4; Prov. 23:2, 23;20; Mt. 6:25, 24:48-49; Lc. 12:45-46; 21:34; Rom. 8:4, 12:1; 14:1-5, 14;21;  Gál. 5:16, 5:24; 1 Cor. 3:16-17; 6:19; 1 Cor. 9:2;  10:3, 10:23-28; 1 Tim. 4:2).

Versículos de la Biblia para reflexionar sobre el cuidado de la salud.

Cada versículo debe ser revisado en contexto para entenderlo bien, pero hay que decir que cuando la Biblia habla del tema de alimentación se exhorta a que cada quien esté convencido de lo que come (comer con gratitud y fe).  Romanos 14:6 también nos enseña que lo que sea que comamos, lo comamos para gloria de Dios, y lo que no comamos, por causa del Señor no lo comamos. A la vez, se nos dice que todo nos es permitido, pero no todo nos conviene (1 Corintios 10:23), y también se nos llama a que lo que comamos o lo que no comamos, lo hagamos "todo para la gloria de Dios" (1 Corintios 10:31). 



La pregunta es: ¿comemos para la gloria de Dios, con dominio propio, como debe ser con el fruto el Espíritu Santo? (Gál. 5:23) ¿o comemos para satisfacer nuestros propios apetitos carnales, de forma hedonista y autoindulgente? En lo que respecta a nuestro estilo de vida, ¿que tanto glorificamos a Dios con nuestros actos? 

En el libro de Génesis, primero se lee que Dios nos dio plantas, frutos y semillas para que nos sirvieran en primer lugar de alimento (Génesis 1:29). Más tarde, se lee que también se nos permitió la carne de los animales que se mueven en el cielo, la tierra y las aguas (Génesis 9:3), y muchas veces se cita al pueblo de Israel comiendo carne de buey, carnero o cordero, así como leche y miel; se lee que Jesús y sus discípulos comieron pan, pescado, miel y hasta un poco de vino, o que el Apóstol Pablo admitió comer todo tipo de carne (1 Cor. 10:25).

No obstante, en la misma Biblia se reconoce que es necesario saber tener dominio propio, auto control, auto-disciplina, auto-sacrificio, y establecerse límites para la libertad, para no ser vencidos de nada (2 Pe. 2:19). A los cristianos también se les llama que se abstengan de productos como la morcilla o sangre (Gen. 9:4, Lev. 7:26; Dt. 12:23; Hch. 15:20) y en el Antiguo Testamento se reconocen los efectos saludables o depurativos de una dieta a base de abundante agua, vegetales y/o legumbres (Daniel 1:5-17) y se citan alimentos muy buenos que Dios recomendó consumir abundantemente a uno de sus profetas (Ezequiel 4:9). El Nuevo Testamento también reconoce, por ejemplo, las propiedades curativas o medicinales de un poco de vino para aliviar algunos malestares digestivos (1 Tim. 5:23) y, en general, la Biblia refiere alimentos buenos y permitidos en un consumo moderado, que, sin embargo, deberían evitarse en exceso (Prov. 15:17; 23:20-21, 25:16, 25:27; Rom. 14:21). La miel es un ejemplo perfecto:

No es de sorprenderse, por lo tanto, que Cristo mismo haya advertido a sus discípulos de no comer desmesuradamente o con glotonería (Lc.21:36), para no caer en una embriaguez mundana y en una auto-indulgencia (véase Prov. 23:2; 23:30, Is. 5:22). 

Es, por tanto, lamentable reconocer que en tiempos modernos haya tantos creyentes que padezcan o sufran de los mismos males que muchos no-creyentes o miembros de otras religiones. ¿Será que realmente el plan de Dios incluya esas enfermedades degenerativas y males de salud que se hacen tan comunes en la época contemporánea? ¿o es la voluntad de Dios que seamos más saludables? (3 Juan 1:2). Si es así, ¿porqué a veces la fe no parece resolver todos los problemas de salud de algunas personas? o ¿será que estos problemas tienen relación con la alimentación y el estilo de vida?

En el siguiente escrito, publicado por el diario Newsmax Health, leerás un estudio de la luz que arroja la Biblia sobre algunas de estas fascinantes cuestiones y lo que se puede deducir del estudio de la misma. Su autor, el Dr. Chauncey Crandall, un especialista médico que también es un devoto cristiano que comparte y compagina sus creencias cristianas y sus conocimientos médicos para vivir un vida saludable con una base centrada en el plan de Dios y sus leyes naturales. El Dr. Crandall, egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale, es autor de los libros Y los muertos resucitan: El encuentro de un médico con lo milagroso  (2011) y La simple cura del corazón (2013) y ha mostrado ser un firme creyente en que "servimos a un Dios de milagros" como lo indica el artículo biográfico que le dedicamos en esta página. No obstante, él no se desentiende de las responsabilidades bíblicas que los cristianos debemos tener en el cuidado de su salud y la prevención de enfermedades.

El material usado en este mensaje, Why Christians Get Sick?, incorpora también pensamientos del Reverendo George Malkmus y su libro homónimo Why Christians Get Sick; en español:  

"¿Porqué enferman los cristianos?"

"¿Alguna vez te haz preguntado porque hay cristianos que padecen de enfermedades del corazón, artritis, cáncer, problemas digestivos, Alzhaimer o incluso gripa? ¿Será que estas enfermedades solo atacan al azar [o por casualidad]? ¿Será que el plan de Dios para nuestras vidas realmente incluye estas enfermedades? ¿O tal vez, será la voluntad de Dios que estemos saludables? Y si la enfermedad es el resultado de no vivir como Dios quería, ¿cómo podemos redimir nuestras vidas al conformar nuestras vidas a Su voluntad?

En el mensaje de hoy, examinaremos lo que la Biblia enseña sobre estas preguntas fascinantes y vitales. Y consultaremos a un experto médico, para ver cómo estas enseñanzas también se orientan en la ciencia moderna. Quizá te interese anotar algunas de las referencias de la Escritura y frases médicas a medida que avanzamos...

Para empezar, vayamos al libro de Oseas 4:6, en el Antiguo Testamento, donde Dios dice: 

"Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento"

Tú y yo vivimos en lo que se conoce como la era de la información. Pero la información y el conocimiento no son lo mismo, ni en lo más mínimo. La información es colección de datos, hechos o cifras. Hoy en día, tenemos más información que nunca. El conocimiento, sin embargo, es colección de sabiduría. Nos ahogamos en un mar de información, pero, al mismo tiempo, pasamos por alto la sabiduría atemporal que se nos entrega en la Palabra eterna de Dios. Si buscas parte de esta sabiduría, este material, ¿Porqué enferman los cristianos?, es especialmente para ti. Es corto, es gratuito, e incluso podría cambiar tu vida. 

Como cristianos, creemos que Dios nos ama y tiene un plan maravilloso por nuestras vidas. Leemos en el Libro de Jeremías 29:11:

"Porque Yo sé los planes que tengo para ustedes, declara el SEÑOR, planes de bienestar y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza."

Sin embargo, hay cristianos que parecen sufrir de los mismos males que aquejan a los no-creyentes y a los miembros de otras religiones. Y hay cristianos más devotos que no parecen ser particularmente más saludables que los cristianos menos devotos. Así que, ¿porqué no nos protege nuestra fe en esto? ¿Qué se interpone entre nosotros y el plan maravilloso que Dios tiene para nuestras vidas?...

...El Libro de Génesis nos dice que nuestros cuerpos fueron diseñados para trabajar 6 días a la semana. En tiempos bíblicos, un día de trabajo duraba desde la salida del sol, hasta el ocaso o la puesta del sol. No habían semanas de trabajo cortas de 40 horas, ni fines de semana largos de 3 días, y el plan de Dios para nuestro trabajo no implicaba una oficina cómoda, un sillón confortable, un teclado o un volante. El plan de Dios implicaba que estuviéramos en el exterior, en el aire fresco, en nuestros pies, con tareas físicamente demandantes como cazar o recolectar alimentos, o cultivar nuestra propia comida. La labor física es la manera en que los hombres y las mujeres vivieron por largas generaciones. Fue solo desde la Revolución Industrial, hace unos 150 años, que todo eso comenzó a cambiar. 

Claramente, la mayoría de nosotros ya no realiza estas mismas actividades para las cuales Dios diseñó nuestro cuerpo. Eso no significa que todos tengamos que volver a hacerlas otra vez, pero el resultado del estilo de vida sedentario de hoy en día y del amplio tiempo libre es bastante evidente: obesidad, debilidad, dificultad para respirar, pérdida de tonicidad muscular, de fuerza y de coordinación: todo esto es el resultado de no realizar la actividad física para la cual nuestros cuerpos fueron diseñados.

¿Y qué hay sobre nuestra comida? La Biblia no tenía que decirnos que debíamos comer solamente comida cultivada orgánicamente porque toda la comida era libre de químicos. La Biblia tampoco tenía que decirnos que evitáramos alimentos transgénicos u organismos genéticamente modificados porque los transgénicos simplemente no existían antes, hasta que el humano los inventó en un laboratorio.

Lo mismo pasa con la comida enlatada, las grasas trans, comidas preenvasadas, colorantes artificiales, conservadores y otras invenciones humanas, todas ellas con el objeto de cambiar la comida que Dios había provista, de manera que nuestras vidas fueran más "cómodas". Todas estas supuestas conveniencias han degradado los nutrientes en los alimentos que comemos para sustentarnos. 

Hemos permitido que nuestra comida sea envenenada con sustancias químicas en las granjas y se le han quitado sus nutrientes en el proceso al que se somete en plantas donde más químicos se añaden a ella. ¡Y hemos comido estos alimentos por años! Entonces, ¿porqué nos sorprendemos de porqué nos enfermamos tanto? O peor aún, culpamos a Dios por nuestra mala salud.

Solo tomemos un ejemplo: el azúcar. Nuestro Creador nos dotó de papilas gustativas que responden con placer ante el azúcar. Por miles de años, un poco de miel o un racimo de cerezas satisfizo nuestro paladar. Seguramente sabes que los científicos han descubierto que tanto la miel como las bayas están cargadas con muchos nutrientes que mejoran la salud. Así que el plan de Dios para nuestra salud verdaderamente funciona ¿no es así? Pero hoy en día, marcas de comida procesada y refrescos están llenos de azúcar refinada y saborizantes artificiales. Consumimos estos compuestos en cada comida y entre comidas, a pesar de que tienen cero valor nutricional.

La industria comercial alimenticia ha tomado nuestro usual gusto por las cosas dulces, lo ha usado para obtener tremendas ganancias de una cantidad inimaginable de personas. De tal manera, nuestros niveles de azúcar, nuestros estados de ánimo se comportan erráticamente, la función de nuestros riñones e hígado se hace más lenta, y nuestros cerebros no pueden trabajar en la forma en que fueron diseñados, todo esto debido a un exceso de azúcar y a sustitutos de azúcar. ¿Hay duda de que esta dieta no es lo que Dios quería? 

Mucho de lo mismo se podría decir de cualquier otro depresivo o químico que ponemos en nuestro cuerpo y que causa nuestro deterioro. ¿Hay duda alguna de que Dios quería que nosotros consumiéramos una dieta sana basada en alimentos completamente naturales? Saben, Adán y Eva nunca comieron papas fritas. Moisés nunca comió una hamburguesa con queso. Los 12 discípulos obtenían su desayuno bien fresco del Mar de Galilea. De la Tierra Prometida se dijo que fluiría "leche y miel" [Éx. 3:8; Lev. 20:24; Núm. 13:23; Ez. 20:26]. Pero la mayor parte de nuestra comida hoy en día no viene de la naturaleza, sino de fábricas gigantes de comida procesada o cadenas de comida rápida.

Bien, necesitamos hacer una pausa porque aquí es cuando se torna personal. Esperamos no ofender a nadie con esto. Pero el hecho es poca gente (incluídos los cristianos) se detienen a pensar que gastan mucho en tiendas de comestibles donde compran alimentos procesados y cómodos que no son lo que Dios tenía por intención. Muchas comidas que vienen en cajas, latas, y paquetes sellados o que contienen ingredientes que ninguno de nosotros podemos pronunciar, son, probablemente, cosas que Dios no quería para nosotros.

Estamos tratando de sostener nuestra salud con alimentos que están reestructurados en un laboratorio por hombres, en vez de ser producidos por la naturaleza como Dios lo había dispuesto. Dicho de otra manera, en general, cada supermercado en Estados Unidos está repleto de grandes estantes de suplementos vitamínicos, sino es que de una farmacia gigante en la que se ofrecen medicamentos prescritos. 

Los multivitamínicos no existieron sino hasta 1934: antes, simplemente no los necesitábamos. Ahora, hay una gran cantidad de suplementos de minerales y vitaminas en cada supermercado; y eso solo porque en la fábrica se le quitaron los nutrientes que en principio nos había otorgado Dios. Si en una farmacia no se te venden productos para tu molesto estómago, entonces debe ser la diabetes, la presión arterial, las que se te debe atender para que te fortalezcas. Todo esto con el fin de reparar nuestra salud de los efectos destructivos de esa comida procesada que habías cargado en tu carrito de supermercado ¡en esa misma tienda! Y, no se tú, pero todavía no he visto una farmacia en el interior de un mercado de agricultores.

Cuando te detienes a pensarlo, es claro que nuestra dieta hoy en día no refleja lo que Dios quería para nosotros en la Creación. Tal vez sea hora de repensar nuestros estilos de vida. Tal vez es hora de tomar el plan de Dios y regresar a comer los alimentos y hacer el ejercicio que Dios planeaba, en vez de aceptar que las enfermedades resultantes son parte del plan de Dios. Estamos llamados a glorificar a Dios en todo lo que hagamos, y sin embargo, muchos dañan sus cuerpos con alimentos artificiales y indulgencias poco saludables que Dios nunca quiso para nosotros. A la luz de esto, ¿es tan difícil entender porqué tantos han visto su salud siendo destruida por los estilos de vida modernos?

Bien, este es un punto claro que dista entre el mundo de hoy y los días bíblicos, pero ¿cómo podemos aplicar estas enseñanzas y mejorar nuestra salud?

Para dar una perspectiva de esta pregunta, Nexsmax Health acudió a un médico que no solo es un destacado cardiólogo, sino también, un devoto cristiano. Conozcan al Dr. Chauncey Crandall, egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale y activo cardiólogo que ha realizado más de 40,000 procedimientos quirúrgicos cardíacos, y que ha estado activamente envuelto en misiones cristianas alrededor del mundo. Director de Medicina Preventiva en la Clínica Cardiovascular de Palm Beach, el Dr. Crandall atiende a todo tipo de personas: trabajadores comunes, ancianas y ancianos, millonarios y billonarios, y viaja a zonas pobres en países tercermundistas, llevando cuidado, asistencia médica, y amor de Dios a aquellos que  están necesitados. Él es un firme creyente en la buena ciencia y, ofreciendo lo mejor de lo mejor que se tiene en tecnología médica, y por su historial de carrera exitosa, al Dr. Crandall a menudo se le pide que comparta sus experiencias con audiencias en todo el mundo. Y ahora, el Dr. Crandall nos comparte con sus opiniones sobre porqué los cristianos se enferman...

NewsmaxHealth: Así que, Dr. Crandall: ¿porqué se enferman los cristianos?

Dr. Crandall: "Bueno, es muy claro para mí, habiendo tratado a miles de pacientes, que nuestros estilos de vida modernos no son lo que Dios quería para nosotros. Tomamos alimentos hechos por el hombre, trabajamos en ambientes hechos por el hombre, y nos entretenemos con diversiones hechas por el hombre. Ahora bien, cierta parte de esto es inevitable, y no quiero decir que debamos vivir en cuevas. Incluso mi propia profesión es practicada y realizada en un ambiente altamente controlado y hecho por el hombre. Pero solo toma un esfuerzo relativamente pequeño de nuestra parte para consumir una dieta saludable basada en comidas naturales y para dar a nuestro cuerpo el ejercicio que Dios quería para nosotros. Mi creencia es que combinar estas prácticas con la fe y la oración puede restaurarnos a la buena salud que Dios planeaba para nuestras vidas. Dios no quiere que seamos enfermizos."

NewsmaxHealth: Dr. Crandall, usted es un especialista en cardiología y aquí hablamos de la salud integral del cuerpo. ¿Puede un especialista como usted realmente referirse a la perspectiva de todo el cuerpo humano?

Dr. Crandall: A saber, esa es una gran pregunta. El corazón es el centro de la salud de todo el cuerpo por dos razones críticas. 

La primera es que el corazón es el que bombea el oxígeno a cada célula del cuerpo. Podemos vivir sin comida por algunos cuantas semanas, y sin agua por unos cuantos días, pero nuestras células empiezan a morir en minutos si no obtienen el oxígeno suplementado por el corazón. Si tu corazón es saludable, tus células recibirán el oxígeno y los nutrientes que necesitan para estar saludables, para regenerar nuevas células y para deshacerse de la enfermedad. 

Y la segunda razón es esta: que un tiempo de vida con malos hábitos tiende a manifestar sus efectos primero y con la peor consecuencia en el corazón. Sin el suficiente ejercicio aeróbico, el músculo del corazón se debilita y no puede bombear sangre eficientemente a todo el cuerpo. Y una mala alimentación lleva a niveles altos de colesterol y bloquea las arterias que están cerca del corazón. Nuestro hígado y riñones pueden limpiar mucho del daño en nuestro cuerpo, pero no pueden limpiar nuestras arterias. El daño progresa lentamente, trágicamente y en un gran número de pacientes, los primeros síntomas de arterias tapadas es un ataque fatal al corazón.

Decir que un desayuno de puerco, tocino, huevo, queso, salchichas, papas fritas y salsa picante equivale a un ataque al corazón, no es en tono de broma, y veo los resultados en mi oficina o en la sala de operaciones todos los días. Mantener la salud del corazón es también esencial para evitar una embolia y el Alzheimer. 

NewsmaxHealth: Una pregunta más Dr. Crandall: ¿Qué consejo le daría a un cristiano  que quiere conformar su vida a la voluntad de Dios y experimentar una perfecta salud?

Dr. Crandall:  Bien, el simple hecho de hacer la pregunta es un gran paso en la dirección correcta. He visto que mucha gente espera hasta que ya está en muy malas condiciones, antes de que comience a tomar seriamente la cuestión de su salud, o de acudir a Dios por ayuda. Esto es especialmente cierto en lo que respecta a la salud del corazón. 

Soy un profundo creyente en consumir una dieta sana. Esto no significa que tengas que privarte a ti mismo en comer como conejo. Simplemente significa escoger las comidas naturales que Dios creó, las cuales son superiores en todos los sentidos a la comida procesada hecha por el hombre. 

Dios describió la Tierra Prometida como una de la cual emanada leche y miel. Claramente, Dios quiere que tengamos una alimentación que verdaderamente disfrutemos: está provista en una abundancia de frutas naturales, vegetales, granos, carne, pescado y aves, todos los cuales son para que los disfrutemos. Esto es consistente con la dieta mediterránea que es amigable para el corazón, y no creo que sea ninguna coincidencia en absoluto el hecho de que la Tierra Santa está en la Cuenca del Mediterráneo. Esta alimentación sana, basada en comida bíblica, ha sido practicada desde el comienzo de los tiempos.  

Creo que los cristianos podemos mejorar nuestra salud y nuestra vida, la vida que Dios planeó para nosotros, si simplemente conformamos nuestra vida a la Voluntad de Dios en estas elecciones tan simples respecto a lo que comemos y bebemos. De hecho, no solo lo creo, Dios lo promete..."

...El Dr. Crandall no solo es un reconocido conferencista; es también el editor del Heart Health Report, una hoja informativa publicada mensualmente para tratar temas de una vida saludable para el corazón. En su trabajo, el Dr. Crandall se encontró recientemente con el libro de un reconocido pastor cristiano que explora muchos de los asuntos que hemos discutido en este mensaje. El libro se titula "Por qué se enferman los cristianos"  y es base para muchas de las ideas que hemos explorado el día de hoy. El libro fue publicado hace ya varios años, y se volvió tan popular que se ha publicado de nuevo dos o tres veces. Contiene respuestas precisas y bíblicas sobre porqué los cristianos nos enfermamos y continúa en más detalle de lo que podemos hacer ahora. Analiza el impacto de los fármacos prescritos en la profesión médica; el gran costo físico del estrés, los malos sentimientos y el ejercicio inadecuado: cómo nosotros, como cristianos, involuntariamente violamos las leyes naturales de Dios, y mucho más. 

En la primera página introduce el tema de especialidad del Dr. Crandall: las enfermedades del corazón, haciendo notar que millones de personas mueren por causas cardiacas cada año. El libro indaga cómo los cristianos pueden evitar tanta enfermedad y males cardiacos, al tiempo que buscar responder cómo experimentar una mejor salud. Hace preguntas importantes, tales como: ¿Puede librarse la gente de malestares físicos? ¿El cáncer y otras enfermedades que amenazan la vida son evitables? ¿Qué puede hacer una persona para evitar la enfermedad, ya sean alergias, o asma o Alzheimer? 

Rev. George Malkmus, autor del libro
y fundador de Hallelujah Acres

El autor se hacía preguntas similares en su mente cuando  a los 42 años fue diagnosticado con cáncer de colon. "¿Cómo puede ocurrir esto?", preguntó al Señor. "¿Cómo es posible que un cristiano pueda adquirir cáncer?". Negándose a aceptar el cáncer como lo que Dios quería para su vida, él comenzó un intenso estudio bíblico y científico para encontrar el porqué, y, de ser posible, encontrar una alternativa para los tratamientos tóxicos, invasivos y frecuentemente insatisfactorios en la profesión médica. Lo que descubrió, no solo le trajo salud a su cuerpo, sino que también resolvió muchas preguntas que otros creyentes bíblicos se hacen alrededor del mundo, incluyendo el "por qué se enferman los cristianos?".... Hay muchos libros buenos sobre salud hoy en día, pero es difícil encontrar uno solo en el que cada capítulo parta de la Escritura y cada remedio esté basado en la Palabra atemporal de Dios.

En la página 30, se lee que las únicas fuentes de las cuales la sangre puede derivar el material reconstructivo para las células, son: la comida que comemos, el líquido que bebemos y el aire que respiramos, así que debemos tomar estas decisiones con mucha sabiduría... Quizá sea tiempo de que dejemos de escondernos del Señor y culparlo por nuestros problemas... Contiene un dato interesante de la página 38: la persona promedio pone más atención al grado de gasolina que pone en su coche,  que a la comida que pone en su boca.  Luego, al comienzo de la página 53, se leen perspectivas fascinantes sobre el uso de fármacos prescritos. ¿O deberíamos decir: el mal uso? (porque gran parte de los fármacos prescritos realmente son un intento de venir y salvarnos de las malas elecciones que hemos hecho sobre lo que ponemos en nuestras bocas y qué tanto movemos nuestros cuerpos)... 

El Dr. Crandall ha viajado por el mundo estudiando culturas antiguas y contemporáneas. Ha observado que otras culturas simplemente no sufren tanto de enfermedades del corazón como los estadounidenses. Esto permanece como una evidencia convincente de que las enfermedades del corazón son producto de la manera en que vivimos y comemos... también la dieta puede prevenir posiblemente la artritis, la diabetes y la demencia cenil. 

El Dr. Crandall dice que hay algo malo en que nuestro sistema médico se haya vuelto tan fragmentado. Un distinto especialista trata una distinta parte del cuerpo, pero, en la realidad, la biología humana es un sistema unificado e interconectado. De tal manera que no le pareció algo sorpresivo cuando aprendió que unos investigadores descubrieron una estrecha relación entre enfermedad coronaria y la enfermedad de Alzheimer. "Muy a menudo se lee que no hay nada que puedas hacer sobre el Alzheimer, pero eso no es verdad", dice él; "si tienes tu corazón saludable, hay una posibilidad muy alta de que tu cerebro también permanezca saludable..."

La oración también nos ayuda con muchas pruebas y tribulaciones que enfrentamos, proveyendo una fuente de consolación y esperanza. Ahora hay estudios que demuestran que también hay una conexión entre espiritualidad y menos depresión, menor presión arterial y una habilidad mejorada para enfrentar dificultades económicas y dolor físico, para tener una salud en general, y una vida más larga. Estas son muchas razones grandiosas para arrodillarte o juntar tus manos en oración... 

[persiste pidiendo a Dios que te sane, y que al mismo tiempo, te de fuerza y sabiduría para cambiar tu alimentación y tu estilo de vida conforme a Su Voluntad, de manera que tu espíritu, cuerpo y alma, sean prosperados igualmente conforme a su voluntad]